Una intensa investigación realizó un equipo de científicos de la Universidad de California (San Diego, Estados Unidos) para calcular la edad humana en los perros, según una comparación de la “edad biológica” de cada especie.
Para ello, los investigadores liderados por el genetista Trey Ideker señalaron que los caninos también tienen relojes epigenéticos (al igual que otras especies como ratones, monos y lobos) y consideraron competente realizar la comparación con humanos, puesto que ambos se desenvuelven en los mismos entornos y reciben los mismos tipos de atenciones.
Según contó el medio científico Science Mag, para medir la edad de estos mamíferos es necesario identificar las modificaciones de adición de grupos metilo a las secuencias de ADN específicas, o sea, identificar en estos los factores externos que han influido en su expresión como enfermedades, malos estilos de vida y genética.
“Como resultado, algunos grupos han convertido el estado de metilación del ADN de una persona en una estimación de edad, o incluso una predicción de la esperanza de vida”, explica en detalle el estudio titulado Traducción cuantitativa del envejecimiento de perro a humano mediante la remodelación conservada de las redes epigenéticas.
Por otra parte, se consideró que todos los perros tienen una trayectoria de vida similar: alcanzan la pubertad cerca de los 10 meses y mueren antes de los 20 años. Por lo mismo, decidieron realizar la investigación con perros de raza labrador retrievers que tenían entre 4 semanas y 16 años.
De esta forma, escanearon los patrones de metilación del ADN en los genomas de 104 perros, lo que entregó una primera conclusión: los caninos tienen una metilación similar a los humanos en relación a ciertas regiones genómicas con altas tasas de mutación. Lo anterior fue más evidente entre perros jóvenes y humanos jóvenes como en perros viejos y humanos viejos.
“Ya sabíamos que los perros tienen las mismas enfermedades y disminuciones funcionales del envejecimiento que los humanos, y este trabajo proporciona evidencia de que también están ocurriendo cambios moleculares similares durante el envejecimiento”, preció Matt Kaeberlein, biogerontólogo de la Universidad de Washington en Seattle que analizó los resultados del estudio, a pesar de no participar en su elaboración.
“Es una hermosa demostración de las características conservadas de los relojes epigenéticos que comparten perros y humanos”, añadió.
Todos estos datos ayudaron a los científicos a crear una nueva calculadora de edad “humana” en perros, la que está regida por este innovador concepto de la investigación del envejecimiento y que es mucho más compleja que “multiplicar por siete” la edad del canino, cómo se solía hacer.
Para ello, los investigadores usaron la tasa de cambios de metilación para hacerla coincidir con el reloj epigenético de los seres humanos. A diferencia del método de multiplicar siete veces la edad, este nuevo reloj presenta equivalencias de edades mucho más mayores al principio de la vida del perro, en relación a sus procesos biológicos.
Por ejemplo, si bien un cachorro de 7 semanas es como un bebé humano de 9 meses, un perrito de 5 meses ya equivale a un humano de 19 años.
Sin embargo, esto se ralentiza a medida que el perro cumple más edad. Como ejemplo, un perro de 12 años equivale a un humano de 70 mientras que un perro con 20 años es como un adulto mayor de 78 años.
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