La menopausia es un cambio natural en la vida de las mujeres que tiene lugar cuando se acaba la menstruación y que, a menudo, viene acompañada de otros síntomas, como cambios hormonales. Sin embargo, esta no llega de golpe, sino que en muchos casos viene a ser un periodo gradual, el cual se conoce como perimenopausia, también conocida como transición menopáusica.
Se considera que a una mujer le ha llegado oficialmente la menopausia cuando ha pasado 12 meses seguidos sin la menstruación. No obstante, como mencionamos, aquello no ocurre de la noche a la mañana, sino que a menudo puede estar acompañado de periodos irregulares y otros síntomas.
Generalmente, las mujeres comienzan a experimentar síntomas que anticipan la llegada de la menopausia en algún momento durante sus 40’s, no obstante, en algunos casos aquello puede ocurrir antes. En algunas mujeres, puede ocurrir temprano, incluso durante sus 30’s.
Lo cierto es que “no existe una prueba, ni un diagnóstico exacto. Solemos tratar los síntomas que experimentan las mujeres durante esa etapa”, explicó la ginecóloga obstetra Sujatha Reddy a CNN.
Cuáles son los síntomas de la perimenopausia
Una buena parte de los cambios que experimentan las mujeres durante la perimenopausia se deben a los cambios hormonales, especialmente a la disminución de estrógenos. De acuerdo con la Clínica Mayo, los principales síntomas relacionados a la perimenopausia son:
Tu ciclo menstrual se vuelve más irregular: aunque te sigue llegando la regla, el tiempo entre un periodo y otro puede alargarse o acortarse. Así mismo, la cantidad de flujo puede variar considerablemente dependiendo de uno u otro.
“Si tienes un cambio persistente de siete días o más en la duración de tu ciclo menstrual, quizá estés en la perimenopausia temprana. Si tienes un espacio de 60 días o más entre períodos, es probable que estés en la perimenopausia tardía”, señalan desde el centro de salud.
Te dan sofocos (y tienes más problemas para dormir): es probable que si estás atravesando la perimenopausia te den sofocos más a menudo, aunque la intensidad, la duración y la frecuencia varían. Esto a menudo puede generar problemas para dormir, aunque algunas veces el sueño se ve afectado incluso sin sofocos.
Notas cambios en tu estado de ánimo: es común que experimentes cambios más frecuentes en tu estado de ánimo como irritabilidad o incluso un mayor riesgo de depresión. Esto puede ser provocado en parte por la mayor dificultad para conciliar el sueño.
Problemas en tu zona íntima: puedes experimentar falta de lubricación y elasticidad en la vagina, lo que puede provocar relaciones sexuales más doloras. También puedes ser más propensa a contraer infecciones urinarias, vaginales o a la incontinencia urinaria.
Te cuesta más concebir: como la ovulación se vuelva cada vez más irregular, las chances de quedar embarazada se reducen. No obstante, debes tener claro que, mientras sigas teniendo períodos, existe la posibilidad. Por lo tanto, no debes descuidar el uso de métodos anticonceptivos si tener un hijo no está en tus planes.
Cambios en la función sexual: durante la perimenopausia, la libido y la excitación sexual pueden cambiar, aunque no ocurre igual para todas.
Pérdida de densidad ósea: “Cuando los niveles de estrógeno se reducen, comienzas a perder masa ósea más rápidamente de lo que la reemplazas, esto incrementa el riesgo de osteoporosis, una enfermedad que provoca fragilidad en los huesos”, señalan desde Clínica Mayo.
Cambios en los niveles de colesterol: el colesterol malo —de lipoproteínas de baja densidad—, tiende a aumentar más fácilmente durante la perimenopausia, en tanto, el colesterol de lipoproteínas de alta densidad, el colesterol bueno, tiende a disminuir a medida que las mujeres envejecen. Según indican, esto también incrementa el riesgo de enfermedad cardíaca.
La recomendación es que si los síntomas que experimentas son muy intensos, están interfiriendo con tus rutinas, tu bienestar general y te preocupan, consultes con un especialista en salud femenina.