Este miércoles el Instituto de Salud Pública (ISP) aprobó el uso “de emergencia” en Chile de la vacuna desarrollada por Pfizer y BionTech contra la covid-19 en mayores de 16 años.

La decisión se tomó luego que un grupo de 22 especialistas revisará los antecedentes entregados por ambas farmacéuticas, y aprobaran la opción de otorgarles el respectivo permiso en suelo nacional.

Al respecto, el director subrogante del ISP, Heriberto García, explicó que la vacuna ya se puede dar por aprobada, por lo que el Ministerio de Salud puede comenzar a trabajar en un plan de inmunización masiva.

“Se acaba de aprobar la vacunación masiva de toda la población de acuerdo a lo que se define el Programa Nacional de Inmunizaciones”, sostuvo García.

No obstante, pese al importante avance que significa esto para la lucha contra la covid-19, hay personas que no han ocultado su desconfianza hacia este tipo de vacunas. Según se puede leer en redes sociales, hay quienes señalan que derechamente no se vacunarán ya que no confían en una vacuna desarrollada tan rápido.

De hecho, el lunes pasado el diputado de Renovación Nacional (RN), Gonzalo Fuenzalida, desató críticas en su contra luego de afirmar en una entrevista que “por ningún motivo” se vacunaría contra la covid-19 y que prefería esperar.

“Cualquier científico o incluso doctor te dice que una vacuna con menos de un año de estudio no es una vacuna 100% confiable y hay que ver obviamente los efectos colaterales, yo creo que es algo que todavía está por escribirse y verse… no soy tan confiado de que esto llegó y que la vacuna va a ser perfecta”, señaló en Radio Universo.

Uno de los primeros en responder fue el ministro de Ciencias y Tecnología, Andrés Couve, quien rechazó los dichos del parlamentario.

“Necesitamos conversar más sobre el beneficio de las vacunas, sobre cómo salvan vidas, protegen la salud de las personas y erradican enfermedades. Afirmaciones como esta no contribuyen al rol que debemos cumplir como autoridades en un momento tan crítico”, indicó el titular de la cartera.

“La vacunación es una respuesta colectiva a un problema que nos afecta a todos. Ensayos de fase I y II que se enfocan en seguridad, ya han sido publicados en prestigiosas revistas, y los que conocemos de fase III, junto con probar eficacia, vuelven a confirmar su seguridad”, agregó el ministro, quien fue designado como el hombre a cargo de la vacunación contra el coronavirus en nuestro país.

Por su parte, un grupo de virólogos de la Universidad Autónoma de Chile emitió una declaración en la que se refirieron a la polémica por las declaraciones del diputado Fuenzalida, así como también despejan dudas por la rapidez con que se desarrolló la vacuna de Pfizer.

“El contagio por SARS-CoV-2 tiene consecuencias graves e incluso mortales en las personas, mucho mayores a los posibles efectos secundarios que puede tener una vacuna que ha cumplido con cada una de las etapas para su aprobación”, indicaron los expertos.

“Queda en el ambiente la duda; ¿por qué se logró una vacuna tan rápido? Primero, no se partió de cero, ya había varios grupos de científicos trabajando en proyectos para virus similares o de interés para la salud pública: SARS, MERS, ébola, zika y otros. Incluso algunas de las vacunas candidatas para otros coronavirus ya habían llegado hace años a fase clínica I”, agregaron.

En la declaración, firmada por la Dra. Loreto Fuenzalida, el Dr. Nicolás Cifuentes y la Dra. Daniela Toro, se señala que señala que se ha invertido “una cantidad de dinero como jamás se había hecho en la historia de la ciencia, lo que ha permitido realizar los experimentos con mucha mayor rapidez, debido también a que actualmente se cuenta con avances tecnológicos que lo permiten”.

En tanto, los médicos apuntaron además a la colaboración internacional como pilar fundamental en este proceso, entre universidades, centros de investigación, empresas farmacéuticas, gobiernos y ONG, lo que también ayudó a reducir la burocracia y los tiempos de espera habituales en este tipo de proyectos.

“Se debe recalcar que la comunidad científica internacional presionó fuertemente para que en ningún caso se omitiera alguna etapa clínica en la elaboración de las vacunas actuales. Debido al impacto mundial de la pandemia la fase clínica III reclutó en poco tiempo varios miles de voluntarios de distintos grupos y países al mismo tiempo. Además, la fabricación se llevó a cabo asumiendo un riesgo: se están fabricando hace meses sin saber si finalmente se van a aprobar, por eso pueden salir al mercado nada más recibida la autorización”, puntualizaron.

Finalmente, los expertos recalcaron que ningún medicamento es 100% seguro en toda la población, porque cada uno de nosotros somos diferentes.

En ese sentido, indicaron que es natural que algunas personas sientan temor sobre un medicamento obtenido en tiempo récord ante la situación de emergencia.

“Sin embargo, la evidencia científica acumulada indica que las vacunas que han llegado al mercado son seguras y sus efectos secundarios muy menores comparados con el beneficio que proporcionan. Es fundamental que las autoridades y los medios de comunicación entreguen transparencia e información correcta, el manejo comunicacional debe ser riguroso, preciso y apoyar el siguiente desafío: lograr la vacunación necesaria para conseguir la seguridad de nuestra población”, cerraron.

Por su parte, algunos semanarios han mostrado su escepticismo en torno a una vacuna contra la covid, asegurando que no sólo podría tener efectos colaterales importantes, sino que también podrían ser un instrumento o herramientas para los gobiernos.

En internet, varios grupos antivacunas se han encargado de masificar toda clase de desinformación, desde que la vacuna será “puro veneno” hasta que introducirá chips electrónicos en el organismo.

Como ejemplo, el video “Plandemic”, visto millones de veces en YouTube y otras plataformas desde mayo. Entre los numerosos datos falsos que expone, figura que “las vacunas mataron a millones de personas”.

También destaca una lista de sustancias con nombres inquietantes (fenoxietanol, cloruro de potasio, etc), presentes en las vacunas en cantidades tóxicas, cosa que tampoco es cierta.

Aunque la retórica antivacunas no es nueva, la pandemia la ha vuelto más visible, explican especialistas interrogados por la agencia AFP.

La aprobación por parte del ISP está basada en un uso medicinal urgente, incluyendo datos del estudio clínico de fase 3, que demostró una tasa de eficacia de la vacuna del 95% (p <0,0001) en participantes sin infección previa por SARS-CoV-2 (primer objetivo primario) y también en participantes con y sin SARS-CoV-2 previa infección (segundo objetivo primario), medida en cada caso a partir de los 7 días posteriores a la segunda dosis. El primer análisis del objetivo principal se basa en 170 casos de covid-19, como se especifica en el protocolo del estudio. La eficacia fue constante en todos los datos demográficos de edad, sexo, raza y etnia, con una eficacia observada en adultos de 65 años o más de más del 94%. En el ensayo, BNT162b2 fue generalmente bien tolerado sin problemas de seguridad reportados por el Comité de Monitoreo de Datos hasta la fecha. La decisión de hoy también se basa en una revisión de los datos de Química, Fabricación y Control (CMC) de Pfizer y BioNTech para BNT162b2.