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Con solo 21 años, Aaron Hernández ascendió al estrellato al unirse a los Patriots de Nueva Inglaterra como jugador profesional de futbol americano, dejando la escuela para enfocarse en su carrera deportiva. A pesar de admitir el uso de drogas, logró firmar un contrato millonario con el equipo. Sin embargo, su vida dio un giro oscuro cuando fue condenado a cadena perpetua por el asesinato de Odin Lloyd, y posteriormente fue hallado culpable de otros dos homicidios. Tras su muerte por suicidio en prisión, los exámenes neurológicos post mortem revelaron que padecía encefalopatía traumática crónica, una condición asociada a cambios de ánimo, impulsividad y agresividad, lo que podría haber contribuido a sus acciones violentas.

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Con apenas 21 años, Aaron Hernández, tocaba la gloria al convertirse en jugador de futbol americano profesional tras firmar un contrato para unirse a los Patriots de Nueva Inglaterra. Ese mismo año, el estadounidense, de ascendencia puertorriqueña, dejaba la escuela para enfocarse en su carrera como deportista.

Escogido en la cuarta ronda del sorteo de la NFL, Hernández era consciente de que debía pelear por su lugar en el equipo, por lo que el hecho de que admitiera haber usado drogas durante la temporada, no lo ayudaron.

Pero contra todo pronóstico todo parecía ir bien, puesto que dos años más tarde firmó un contrato por cinco años con el equipo por una suma de 40 millones de dólares, algo así como 36 mil millones de pesos chilenos.

Ese mismo año, Aaron Hernández se había convertido en padre, Avielle Janelle había llegado a su vida en noviembre del 2012, fruto de su relación con su novia de la secundaria, Shayanna Jenkins, según reportó en ese entonces CNN.

Pero ningún dato o estadística de su desempeño deportivo pudo presagiar el final que tendría el jugador solo unos años más tarde, cuando fue condenado a cadena perpetua por asesinato.

Los asesinatos de Aaron Hernández

Un año después de su debut, en 2013, comenzaba el fin de la carrera de Hernández. Mientras él comenzaba una familia con Shayanna, Odin Lloyd, un jugador de futbol americano de ligas menores, lo hacía con su hermana Shaneah Jenkins.

Por improbable que resultara para su entorno, ambos se hicieron amigos, pese a que tenían vidas totalmente paralelas, detalla ABC News, que reportó el arresto de Aaron en ese entonces.

Al mismo tiempo que los Patriots de Hernández podían llenar fácilmente un estadio con más de 70 mil fanáticos y el hijo de puertorriqueños ganaba miles de dólares al mes, Lloyd jugaba gratis para los semi-pros Boston Bandits y no sumaban más de 300 asistentes en sus partidos. Esto resultaba en una mofa constante de los colegas de Aaron.

Por esto no fue extraño que el jugador de los Patriots lo invitara a salir con sus amigos Carlos Ortiz y Ernest Wallace. “Vengo a pillar eso esta noche. ¿Estarás por ahí? Lo necesito y podemos quedar un rato”, le habría dicho en un extraño mensaje horas antes de su muerte.

Pese a que Lloyd no parecía muy de acuerdo con la invitación, ante la insistencia del deportista accedió y llegó hasta un complejo industrial donde lo había citado Hernández. En ese momento, tal como lo muestran varias imágenes de cámaras de seguridad reveladas en el juicio, el jugador de futbol americano le habría disparado en al menos seis ocasiones, provocándole la muerte.

Luego de allanar el hogar familiar del deportista, la policía decreta la detención de Aaron como principal sospechoso del asesinato ¿Las pruebas? Él conducía la camioneta Nissan Altima, vivía cerca del sitio del crimen, era la última persona con la que había hablado y según descubrieron a través de las cámaras de seguridad del interior de su casa, había portado un arma solo horas antes del crimen.

Con estos antecedentes, el deportista fue procesado por el asesinato de Odin Lloyd y otros cargos de porte de armas.

En medio de esta disputa legal el deportista es investigado y hallado culpable del asesinato de otros dos sujetos, Daniel de Abreu y Safiro Furtado, quienes habrían terminado en un altercado con Hernández luego de que uno de ellos derramara accidentalmente un coctel sobre su ropa en un club nocturno, tras ello, el exNFL les habría disparado.

Considerando estos cargos, el tight-end de los Patriots fue condenado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, además de una condena por posesión ilegal de armas y munición, detalla CNN.

En 2017, cuando Aaron Hernández cumplía apenas dos años de su condena, fue encontrado muerto en su celda luego de que cometiera suicidio utilizando las sabanas de su cama. El deportista dejó una carta de despedida para su esposa donde le señalo que era “rica”, en referencia al dinero que obtendría de la NFL por su muerte.

Pero el jugador también escribió con sangre en su frente “Juan 3:16”, un versículo de la biblia que dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, más tenga vida eterna”.

Solo días después de su muerte, el ex NFL fue absuelto del crimen de Daniel de Abreu y Safiro Furtado. Falleció sin saberlo.

Exámenes neurológicos post mortem

Desde el comienzo del caso, Aaron Hernández se hizo atrayente para la opinión pública, por ello, tras morir, en su autopsia se estudió su cerebro, lo que llevó a un particular diagnóstico, que incluso podría explicar las verdaderas razones del asesinato.

Un día después de fallecer, el cerebro del deportista fue trasladado al hospital de la Universidad de Boston en el mayor hermetismo posible. Pese a que todo fue planeado por su familia y abogados, estos querían que no se filtrara a la prensa, pues buscaban entender el “extraño comportamiento de Hernández”, señaló BBC Mundo.

Aunque el fiscal del caso, Patrick Haggan, creía que se trataba de un truco de la familia, los resultados fueron decidores. Aaron Hernández tenía encefalopatía traumática crónica.

Estudio del cerebro de Aaron Hernández
Boston University

El ECT es una condición neurodegenerativa que se desarrolla por los golpes en la cabeza, por ello es muy común en futbolistas, rugbistas, boxeadores y jugadores de futbol americano.

Entre los síntomas de esta condición se encuentran los cambios de ánimo, que pueden hacer que las personas se sienta deprimidas, irritables e incluso puede provocar pensamientos suicidas, además de cambios en el comportamiento, que pueden provocar acciones impulsivas y agresivas.

Sumado a ello, también es usual la demencia y problemas relacionados con los músculos, detalla el manual médico MSD.

De acuerdo a la BBC, en el caso de Aaron Hernández, la acumulación excesiva de proteína tau, que mata las células nerviosas, estaba en toda su corteza frontal, parte del cerebro que controla “la toma de decisiones, los impulsos y la inhibición”.

Aunque este dato no exculpa de sus acciones al deportista, puesto que otras estadísticas han mostrado que al menos 110 ex NFL mostraron señales de CTE y no han cometido asesinato, si podría explicar su comportamiento extraño y el bajo control de impulsos que lo llevaron a matar.