Es importante seguir rompiendo barreras. Seguir dando pasos en mundos que nos dijeron que no eran de nosotras. Sea cual sea tu opción, te invito a empoderarte, a tomar las riendas de tu economía también desde las inversiones.

¿Recuerdas a Joy Mangano? Es un personaje que admiro mucho. Es la creadora de Miracle Mop, quien inspira la película Joy, protagonizada por Jennifer Lawrence, la que encarna a una madre soltera que lucha por su independencia económica, y termina construyendo un imperio.

Y en ese camino, enfrenta barreras de género en el mundo empresarial como el escepticismo de los inversores. Y si bien esta cinta no trata directamente las inversiones, la rescato porque hay una mujer tratando de salir adelante, intentando empoderarse económicamente, enfrentándose “a un mundo de hombres”, y poniendo sus esperanzas también en las inversiones.

La brecha de género financiera es una realidad, que involucra distintos aspectos: desde la diferencia de salarios, hasta las inversiones.

Por ejemplo, en 2016 Black Rock constató que las mujeres tienen sólo el 29% de su patrimonio en inversiones y el resto, en sus cuentas corrientes. Esto, a diferencia de los hombres, quienes invierten el 40%. Sin embargo, algo hemos avanzado, e incluso estudios más recientes, como de la Warwick Business School en Londres, han mostrado que somos mejores inversoras.

No tenemos que ser grandes empresarias para invertir. Y esta acción nos puede traer grandes beneficios, que apoyen nuestro empoderamiento financiero, pero también tendrán un impacto positivo en la calidad de vida de nuestras familias. Y hacerlo no es tan difícil.

Antes de invertir, es importante que analices cuál es tu perfil: conservador, moderado o arriesgado. Personalmente, siendo madre de tres pequeños, prefiero arriesgarme menos: ganar poquito, pero en caso de perder, no perder mucho.

Por otra parte ¿en qué podemos invertir? Bueno, las opciones son múltiples. Y de hecho, mientras más diversas mejor. “No pongas todos los huevos en la misma canasta”, dicen por ahí.

Una idea ampliamente conocida, es apostar por los APV, pensando en nuestra jubilación. Otra alternativa, son los fondos mutuos o los depósitos a plazo de la banca. Las acciones son otra oportunidad: si tú tomas todos los días la bebida X, ¿por qué no has invertido ahí aún? Adicionalmente, hoy tenemos múltiples apps que nos permiten hacerlo.

También podemos considerar invertir en bienes raíces, ya sea la casa propia o una segunda, la cual podremos poner en arriendo y nos traerá ingresos. En fin, alternativas hay. Sólo debes analizar cuál se adecua a tu realidad.

¿Y cuál será el impacto? Es multidimensional. En primer lugar, es una herramienta que aporta a nuestra independencia económica. Y ya esto tiene múltiples beneficios. En segundo lugar, impacta también positivamente a las finanzas de nuestro hogar y de nuestros niños, en el caso de las que somos mamás. Y en tercer lugar, somos parte de hacer que la economía se mueva.

¿Hay riesgos? Claro que sí. En toda decisión los hay. Como comenté, por eso yo prefiero tener un perfil conservador a la hora de invertir. Sin embargo, existen posibilidades de ganar también. Y además, es una forma de ahorro a largo plazo también. Esto quiere decir que no necesariamente seremos víctimas de los vaivenes actuales.

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