Cada 12 de agosto se celebra el Día internacional de la Juventud promovido por la UNESCO. Es un día para escuchar sus voces que nos hablan de anhelos y esperanzas en construir un mundo mejor. En el año 1991 el Cardenal Raúl Silva Henríquez nos decía:
«Quiero un país donde se pueda vivir el amor. ¡Esto es fundamental! Nada sacamos con mejorar los índices económicos o con levantar grandes industrias y edificios, si no crecemos en nuestra capacidad de amar. Los jóvenes no nos perdonarían esa falta. Pido y ruego que se escuche a los jóvenes y se les responda como ellos se merecen. La juventud es nuestra fuerza más hermosa. Ellos tienen el derecho a ser amados. Y tienen la responsabilidad de aprender a amar de un modo limpio y abierto. Pido y ruego que la sociedad entera ponga su atención en los jóvenes, pero de un modo especial, eso se lo pido y ruego a las familias ¡No abandonen a los jóvenes! ¡Escúchenlos, miren sus virtudes antes que sus defectos, muéstrenles con sus testimonios un estilo de vivir entusiasmante!» (Mi sueño de Chile, 19 de noviembre de 1991).
Esta fue la principal motivación, acogiendo el llamado y legado del Cardenal, que movilizó esfuerzos en torno al proyecto “Voces de Chile: Las/os jóvenes y el proceso constituyente en Chile” que generó instancias de participación y diálogo de 2500 adolescentes y jóvenes del país y facilitó más de 150 cabildos donde se conversó y reflexionó en torno a la nueva constitución.
En palabras de María Elisa Quinteros (ex presidenta de la Convención Constitucional) este proyecto fue único en el país contribuyendo enormemente al trabajo de la Convención y aportando al debate público en torno a la vital importancia de la participación de adolescentes y jóvenes en todo el proceso.
El equipo del proyecto entregó a cada Convencional una copia del Informe Final y puso a disposición de la ciudadanía todo el material recolectado en dicho proyecto en plataformas digitales.
Analizando los resultados del mismo y, teniendo en mano la propuesta de Nueva Constitución, se puede hacer un análisis comparado en relación a las expectativas juveniles y la propuesta constitucional. Hay enormes coincidencias -más de un 90%- en ambos productos en materias de principios, derechos sociales, rol del Estado y sistema político.
El “match”, al modo de Tinder, entre los resultados del proyecto “Voces” (y las voces juveniles allí recogidas) y el texto de la Convención es prácticamente absoluto, es decir, la propuesta constitucional recoge profundamente las expectativas, diálogos y deliberaciones de los más de 2500 adolescentes y jóvenes del país.
La notable filósofa norteamericana Nancy Fraser en su artículo “Reinventar la justicia en un mundo globalizado” (2004) plantea que cualquier teoría o reflexión sobre la Justicia debe se tridimensional, es decir, considerar las “3 erres”: Representación, Redistribución y Reconocimiento. Estas categorías son de máxima utilidad para comprender tanto las expectativas juveniles como la propuesta constitucional. Ambos documentos plantean la necesidad de ampliar las esferas y mecanismos de representación y participación política que escuche la diversidad de voces en pro del bien común.
Ambos documentos plantean la urgencia de que el Estado garantice derechos sociales (salud, educación, vivienda, agua, etc) indispensables para supervivencia material y para la convivencia democrática, es decir, jamás habrá democracia en la medida en que no se garanticen condiciones para una vida digna.
Por último, ambos documentos ponen atención a la necesidad del reconocimiento de los distintos grupos, culturas y naciones que habitan en un territorio. El Estado debe velar, garantizar y promover una cultura del buen trato y la valoración de cada identidad personal y colectiva en armonía con la naturaleza.
Cuando queda un poco más de 3 semanas para una de las elecciones más importantes en nuestra historia como país, una iniciativa como “Voces de Chile” nos entrega luces claras de las expectativas, deseos y reflexiones de un grupo tan importante en nuestra sociedad como son los adolescentes y jóvenes.
No me cabe ninguna duda de que el “match” entre las voces juveniles y la propuesta de nueva constitución es total y, si éstos asumen su responsabilidad ciudadana y su protagonismo, definirán una elección que sentará las bases para la construcción de una sociedad justa, democrática y fraterna tal como lo planteaba Don Raúl en su “sueño de Chile.”
Francisco de Ferari
Director de Vinculación con el Medio de la Universidad Católica Silva Henríquez