Actualmente, no es ninguna novedad entender que la llegada de la pandemia cambió la forma en cómo organizábamos nuestras vidas. Ya, hace más de un año, que los términos como distanciamiento social, teletrabajo, uso diario de mascarilla, no tocarse, entre otros, se han convertido en parte diaria de la rutina.

Así también, se ha visto afectado el mundo laboral. Si el 2020 fue el año de las oficinas remotas, este 2021 se convertirá, por primera vez en la historia de nuestro país, en la forma del trabajo híbrido. ¿Y por qué esto? Este modelo es una muy buena opción tanto para el presente como para el futuro, ya que es capaz de combinar la seguridad de las personas, reduciendo el riesgo la posibilidad frente al contagio. Por otra parte, entrega cierta continuidad operacional a los negocios, facilitando de esta forma la consecución de sus metas, el cumplimiento de los objetivos y la posibilidad de que las personas se vuelvan a integrar con sus equipos de trabajo a pesar de las restricciones que deben ser aplicadas en todo momento.

Además, vale la pena destacar que no solo los trabajadores se verán beneficiados con este modelo, sino que también el sector empresarial, ya que permitirá la reducción de costos en oficina, gastos comunes, luz, agua, etc., hasta el acceso a una mayor reserva de talento.

De todas formas, y pese a los beneficios, cabe preguntarse, ¿el trabajo híbrido afectará la productividad? En primer lugar, se requiere que los trabajadores desarrollen rutinas laborales, ya que éstas van a favorecer el buen cumplimiento de sus actividades, especialmente si son planificadas. Adicionalmente, deben procurar generar los espacios de tiempo para que sus actividades familiares o personales no afecten negativamente el desarrollo de sus funciones en formato de teletrabajo.

Por su parte, los empleadores deben implementar programas de cuidado emocional con sus trabajadores y crear programas de bienestar social para que éstos no se vean afectados por los encierros, cuarentenas y/o la reducción de las libertades individuales. En este sentido, se requiere respetar los horarios de desconexión laboral en el caso del personal que realiza teletrabajo, así como también velar por el equilibrio entre la vida personal y profesional de todos ellos.

Finalmente, para tener éxito en un mundo pos-pandémico, las compañías tendrán que dar prioridad a las conexiones humanas y promover un sentido de pertenencia. Estamos enfrentando una pandemia, no solo sanitaria, sino que también mental, por lo mismo, se necesitará por parte de las jefaturas, la adopción de la empatía como atributo clave para normalizar esta nueva forma de trabajo.

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