#QuédateEnCasa es la respuesta tecnocrática que solo se cumple en Santiago, de Plaza Dignidad hacia arriba, en el ámbito urbano donde viven quienes toman las decisiones, la élite dominante y su ministro de salud.

No es cierto que mujeres y hombres habitan en vivienda adecuadas. No todas las viviendas ofrecen condiciones de tamaño, servicios básicos — agua, alcantarillado, electricidad e internet.

No es cierto que mujeres y hombres, de la misma forma, tienen ahorro, empleo y estabilidad laboral que les permita realizar trabajo desde su casa. La mayoría de ellas y ellos realizan trabajos informales en las calles. Si no salen, no comen.

No es cierto que mujeres y hombres gozan de la seguridad de tenencia. Padecen arriendos precarios y abusivos. Si no pagan, serán desalojadas, y si no salen a trabajar, no podrán pagar.

#QuédateEnCasa no funciona en todas partes. Existen problemas habitacionales graves, como finalmente descubrió Mañalich: donde “antes vivían diez personas, ahora están viviendo cien”.

– Los con Techo, el gran stock de viviendas sociales, de mala calidad, y de alta densidad urbana, en concentraciones homogéneas de pobreza.

– Las poblaciones, la gran extensión de barrios populares, con viviendas subdivididas, arrendadas y subarrendadas por piezas.

Los “cités” y nuevos conventillos en áreas centrales y campamentos en la periferia, donde escasea agua para lavarse las manos y red de alcantarillado.

– Y los llamados “guetos verticales”, estos rascacielos irregulares de nano viviendas y altísimas densidades.

Hay hambre, angustia, miedo y esperanzas. Desde siempre y ahora, bien sabemos que >“solo el pueblo salva al pueblo”. En el tiempo de este virus, surgen prácticas sociales que buscan mitigar el contagio y paliar los vacíos y las necesidades apremiantes de salvar vidas y de no pasar hambre. Son prácticas comunitarias seculares de sobrevivencia. Es el rescate de aquellas experiencias solidarias de antaño, reinventando las ollas comunes de los años 80 del siglo pasado.

#Quédate en el barrio, con albergues, alimentos, apoyos económicos y sanitarios, con el respaldo de municipalidades y organizaciones sociales, sin ejército, carabineros ni narcos.

Alfredo Rodríguez & Ana Sugranyes
Santiago, 28 de mayo, 2020

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