Este año, Sudamérica será escenario de tres elecciones presidenciales: en febrero en Ecuador, en agosto en Bolivia y en noviembre en Chile.

Febrero: Elecciones en Ecuador

La cita democrática del 9 de febrero reunirá a los ecuatorianos para elegir entre 16 candidatos. Sin embargo, la verdadera contienda se centra en el actual presidente Daniel Noboa y Luisa González, representante del correísmo, ambos con aproximadamente un 30% de apoyo. Esto hace prever una segunda vuelta electoral, ya que los demás candidatos apenas alcanzan entre el 1% y el 2% de las preferencias.

El desafío no es fácil: Ecuador experimenta un grave deterioro de su seguridad debido al desarrollo del crimen organizado que asola las principales ciudades y se ha hecho fuerte al interior de las cárceles. El gobierno ha recurrido a las FFAA para mantener el control interno, pero los niveles de inseguridad siguen siendo preocupantes.

A ello se suma una economía que no pasa por su mejor momento. Parte de ello se expresa en los problemas de la red eléctrica que hasta fines del año pasado provocaron largos y cotidianos cortes.

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Agosto: Bolivia a las urnas

Bolivia también se prepara para un proceso electoral complejo, atravesado por la fractura del Movimiento al Socialismo (MAS) entre las facciones lideradas por Evo Morales y el actual presidente, Luis Arce. Aunque una eventual candidatura unificada del MAS podría asegurarles cerca del 30% de los votos y pasar a segunda vuelta, las divisiones internas parecen insalvables.

En tanto, la oposición presenta un escenario fragmentado. Figuras como los expresidentes Carlos Mesa y Tuto Quiroga, el empresario Samuel Doria Medina, y el líder cruceño Fernando Camacho (actualmente en prisión) buscan consolidar una coalición.

También destaca la candidatura del alcalde de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, que marca alrededor de un 15% en las encuestas. Un dato interesante es el clima convergente entre Reyes Villa y el gobierno de Arce.

Resta por ver si esa convergencia será capaz de penetrar en el voto blando del MAS que hoy se ha alejado del oficialismo. Además, hay que recordar que Arce fue elegido por más del 50% de los votos.

Por otra parte, bien sabemos que la economía boliviana está en dificultades: las exportaciones de gas han disminuido progresivamente desde hace años, y merman las reservas. Estas se encuentran en el límite, y el resultado es la carencia de dólares para las importaciones indispensable para el aparato productivo. Lo más urgente es la escasez de combustible que a ratos provoca agudas crisis. La inflación llega al 10% y los precios de los alimentos se disparan.

No son pocos los que señalan que el modelo de crecimiento que impulsó el MAS -una suerte de industrialización financiada por los excedentes energéticos, favorecido en su momento por el boom de los comodities- está agotado. Desde el evismo se replica que en tiempos de Morales había dinero, subsidios generosos, era la “Bolivia saudita” y todo ello se habría arruinado con los gobiernos de la Añez y de Arce.

Noviembre: Chile vota

Los chilenos, dentro y fuera de nuestro territorio, acudiremos nuevamente a sufragar: elegiremos al próximo presidente el 16 de noviembre de este año. A la fecha las fuerzas de derecha se perfilan como favoritas, aunque está por verse si lograrán llegar unidas a la elección.

La candidata Evelyn Mathei, que ya concurriera en oportunidades anteriores, oscila entre un 25% a 30% según la mayoría de las encuestas. A su derecha se perfila José Antonio Kast, fundador del partido Republicano que tilda de tibia y light a la coalición Chile Vamos, que agrupa a los partidarios de Mathei. Kast ha manifestado que concurrirá a primera vuelta, no acepta primarias.

La novedad es la emergencia de Johannes Kaiser, ex Republicano y actual representante de los llamados Libertarios, que en mediciones recientes ha logrado desplazar a José Antonio Kast.

El oficialismo por su parte, a la fecha carece de un candidato que aglutine al amplio abanico de fuerzas que apoyan al gobierno de Gabriel Boric, con un capital de apoyo que oscila entre un 25% a 30%. Claro que no ocurre lo mismo con los “tapados” del oficialismo que están muy por debajo de esos guarismos.

El desafío es que la expresidenta Michelle Bachelet (PS) ha reiterado que no será candidata y que es hora de que emerjan nuevos liderazgos. Es por ello que, al igual que la derecha, el oficialismo (además de carecer de un claro liderazgo) también corre el riesgo de ir dividido.

Es muy probable, que ante este escenario, tengamos una segunda vuelta en diciembre.

En el debate predomina hoy la preocupación por la emergencia delictiva y aumento de la inseguridad, la crisis migratoria y sus efectos para la vida cotidiana, y por una economía que no logra reactivarse.

A un año del término del gobierno, el desafío es claro: ordenar la casa en torno a prioridades comunes; de lo contrario, viviremos un incremento del encono político y la molestia ciudadana.

Desafíos comunes de estos países latinoamericanos

Tras analizar estos elementos, es muy probable que tengamos cambios en estos países, a los que puede sumarse el deterioro del gobierno de Dina Boluarte en Perú. Más allá de aquello y pese a sus diferencias, los temas sensibles que compartimos como región sudamericana son: seguridad, inmigración, reactivación económica.

Lo cierto es que estructuralmente se confirma la sentencia de la CEPAL: economías estancadas generan sociedades descontentas. Y si a ello sumamos debilidades políticas provocadas por la corrupción o la disconformidad de los gobernados con los gobernantes, el panorama futuro será de gran volatilidad política en América Latina.