"En dos meses Giorgio y Camila eran una dupla cinematográfica, eran Mulder y Scully, una unidad, una lucha, una tensión, una fuerza. Se habían constituido en sagrados. Tenían derecho desde entonces a vivir en el misterio, en la transmutación, en el milagro, en la gracia. Al año siguiente su sumaría Gabriel, completando la trinidad".

El malestar social es una energía incomprensible que por donde pasa deja una estela de efectos inauditos. Durante sus períodos de mayor manifestación (que son minoría, porque la mayor parte opera con sordina y su voz estruendosa queda remitida a gestos, como no pagar la micro), el malestar despliega tanta fortaleza que es capaz de administrar lo sagrado de la sociedad.

¿Qué es lo sagrado? Lo sagrado es aquello que administran las religiones, es aquella figuración colectiva que define un espacio donde las normas de lo profano son inexistentes, tratándose así de una energía incomprensible y al mismo tiempo de gran eficacia. La eficacia invisible de lo sagrado se expresa en los grandes procesos religiosos, pero también en los movimientos sociales, en los movimientos intelectuales, en la actividad política.

¿Acaso la energía de estos procesos debe ser dominada para su ventajoso uso? ¿Cómo afrontar los enormes riesgos que esta energía supone? Los líderes viven en este mundo, en el mundo de lo sagrado. Impostores por definición, sagrados también, los líderes juegan un deporte que no es de este mundo, habitan en esferas celestiales o abismales. En resumen, solo pueden estar en dos situaciones: en la bendición o en la maldición. Pero, ¿de dónde nace un líder?

Un líder nace de un contexto. Michelle Bachelet, defendiéndose de su escasa experiencia, arguyó que ella no había nacido de un accidente. Se equivocó. Todos los líderes nacen de un accidente. A los Presidentes de la FECH y la FEUC en 2010 no les tocó la gracia de la santidad. Tuvieron un cargo, que no es lo mismo. El cargo arrastra un carisma, que ya es algo, que porta un poco de sacralidad. Pero en la suma es evidente. Los líderes del 2010 no tuvieron la altura de los líderes estudiantiles de 2011. ¿Por qué? Por el contexto. No podían administrar la gracia divina porque sencillamente no les tocó.

Giorgio Jackson nació a la política en 2011. Un milimétrico error en palacio (Piñera rechazando el acuerdo con los rectores) y la crisis de La Polar multiplicaron la fuerza de un movimiento que había nacido en la confusión y el minimalismo. En dos meses Giorgio y Camila eran una dupla cinematográfica, eran Mulder y Scully, una unidad, una lucha, una tensión, una fuerza. Se habían constituido en sagrados. Tenían derecho desde entonces a vivir en el misterio, en la transmutación, en el milagro, en la gracia. Al año siguiente su sumaría Gabriel, completando la trinidad.

Gabriel Boric decidió habitar la gracia. Camila Vallejo también. Pero Giorgio Jackson la pensó como un crédito, como un recurso, como una cuenta de ahorro, como algo que se podía gastar y que al mismo tiempo nunca se gastaría. Convirtió la gracia en fantasía infantil. Una infancia sin niñez, de todos modos. Desde ahí emprendió su camino al control, a la construcción de una fuerza administrativa. La verdad era él que tenía razón. Vivir en la magia no serviría de nada. Había que ensuciarse las manos, operar políticamente, dibujar la historia. Tenía razón. Tenía mucha razón. Pero había un problema.

Afuera estaba el vasto universo.

Y el había administrado un micromundo homogéneo.

Príncipe de la homogeneidad, Jackson se fue despidiendo de su gracia y de su poder (de ambos al mismo tiempo) apenas comenzó su encuentro ante la heterogeneidad. El príncipe había pasado a mendigo. Pero todo hay que decirlo. Sobre el trabajo administrativo, rígido, aburrido, operativo, cruel y despiadado de Jackson pudo ser posible el Frente Amplio. Con todos sus errores fue él quien puede llevar el nombre de artífice. Pero su construcción guardaba las fuerzas de su propia destrucción. Y no sería la primera vez que ocurriese tal tragedia.

Los errores de Jackson comenzaron pronto. Su listado es abrumador.

a) Aplicó una política de construcción basada en la espera

i. Asumiendo su temprana santidad, decidió esperar el tiempo de la madurez para hacer política en serio. Sólo desplegó un proyecto relevante en sus ocho años de parlamentario: la propuesta de reducir dietas parlamentarias. Fue su única propuesta. Pronto ella chocaría con la impostura, primero con Bonvallet por televisión, luego cuando apareció el concepto de autodonación.

b) El retraso del proceso del Frente Amplio implicó un costo estructural para la coalición y para Chile

i. Los impugnadores de un orden desafían lo establecido y son irreverentes, pero no por ello dejan de tener una obligación: hacerse cargo de una población que puede requerir de sus propuestas y gestiones para hacerse cargo del deseado nuevo orden. Jackson asumió que su coalición debía crecer lento, al ritmo del crecimiento de sus líderes y no al ritmo de los problemas y la decadencia de legitimidad en Chile. Esto solo hizo crecer el forado de la crisis institucional existente.

c) Jackson pensó en formar una coalición centrada en los grupúsculos estudiantiles

i. Ese esfuerzo le forzó a tener que desmantelar el Frente Amplio, que no tenía la geografía por él pensada. Luego quedó demostrado que la sencillez administrativa de la homogeneidad tenía un defecto: la ausencia de adaptación con un mundo más complejo.

d) Asumió que destruir la centro izquierda generaría una ola de votos en favor de la izquierda

Por ello nunca quiso incorporar a la Democracia Cristiana en su diseño, ni tampoco al Partido por la Democracia.

i. Los votos de la centro izquierda no están en manos del Frente Amplio. De hecho, parecen haber migrado tan lejos que aún parece inverosímil.

e) Jackson diseñó una alianza con el Partido Comunista y no con el Partido Socialista

Al parecer deseaba evitar subsumir su nuevo partido en una estructura tan grande como el Partido Socialista. También hay quienes consideran que la alianza con el PC era para evitar que ganara la izquierda y así poder esperar la propia oportunidad.

i. De este diseño solo quedó una muy mala consecuencia para el Frente Amplio. No solo ha tenido que subsumirse en el PS durante el gobierno, sino que ha hecho crecer al PC al mismo tiempo. En lenguaje coloquial, ha quedado de jamón de sándwich.

f) Concentrar liderazgos en líderes históricos

i. Para Jackson todo líder que no hubiera sido ungido en el origen de sus tiempos (movimiento estudiantil) carecía de derechos ante la gracia divina. Siempre quitó pesó a otros liderazgos cuando ellos crecían. Lo hizo con un largo listado de potenciales desafiantes.

g) Jackson diseñó la estrategia general para gestionar la Convención Constitucional, concentrando la atención en la ‘sala de máquinas’, la comisión de sistema político

i. Pensaba el líder del Frente Amplio que un buen diseño del sistema político otorgaría un poder estable y constante para su sector. No funcionó. O el plan era incorrecto o sus administradores internos no fueron capaces.

h) Jackson diseñó de manera muy equivocada la estructura de la coalición de gobierno

i. Fue el líder del proceso de construcción de la campaña del “apruebo” en el plebiscito de salida de propuesta de texto de la Convención Constitucional.

j) Jackson definió que era conveniente esperar el triunfo del “apruebo”

Para iniciar el gobierno con un soporte ratificatorio.

k) Jackson decidió ir al Ministerio Secretaría General de la Presidencia

Porque allí entablaría una relación con las elites políticas en el Congreso Nacional, permitiendo así pavimentar su camino al liderazgo general en un futuro gobierno por él liderado.

i. Como es sabido, el resultado de este desafío fue macabro. Su conflicto con el sistema político es total.

El caso convenios y el corolario del caso computadores vinieron a levantar el manto de sospecha sobre el santo. Giorgio Jackson, decía él mismo, había nacido con el nombre perfecto. Y luego le habían puesto en el lugar correcto. Eran esos sus dos nacimientos, el biológico y el político (ninguno más parece interesarle).

Recibió así tempranamente el don de la santidad. Pero los dones son así, caprichosos, inestables, tan enormes como exiguos. Y en una respiración rápida de Cronos ocurrió que, en un largo país al fin del mundo, el santo dejó de poder ensuciarse las manos con barro sin tener que comerlo.

La política es un péndulo. El santo ha caído. Pero tiene una larga vida por delante para afrontar el desafío de reconquistar el heroísmo y la épica perdida.