En horas de la madrugada de este sábado, Carabineros detuvo a 78 personas que participaban en una nueva fiesta clandestina en plena pandemia en la comuna de Ñuñoa, región Metropolitana.

Según el capitán Álvaro Bravo, de la Prefectura Oriente de Carabineros, la fiesta fue detectada durante un patrullaje preventivo. Funcionarios escucharon música a alto volumen que provenía de un inmueble, utilizado como “casa okupa”, ubicado en las cercanías de Dublé Almeyda con Carmen Covarrubias.

Posteriormente, se desarrolló un operativo, en conjunto con personal de Control e Orden Público (COP), que derivó en la llegada de vehículos policiales y un carro lanza aguas, para aprehender a los participantes.

En total fueron detenidas 78 personas, 44 mujeres adultas y 34 hombres, que fueron puestas a disposición de la Fiscalía. Otra involucrada era una menor de edad.

De los aprehendidos, sólo 7 pasarán a formalización; 6 de ellos por reincidencia en infracción al artículo 318 (poner en peligro la salud pública en tiempos de pandemia) y uno por maltrato de obra a Carabineros. El resto quedó apercibido, es decir, en libertad pero a la espera de ser citados por Fiscalía.

La gravedad radica en que la ausencia de medidas sanitarias, como el uso de mascarillas o la distancia física, y la aglomeración en espacios cerrados poco ventilados, pueden colaborar notablemente a la propagación del virus, si es que alguno de los asistentes -sin saberlo- estuviera contagiado. Este último hecho se suma a los diversos que han marcado la pauta semanal, con incidentes similares en Zapallar, Valparaíso, Calama, Las Condes, entre otros.