Especialistas del Instituto de Ciencias Biológicas (ICB) y el Centro de Ecología Molecular (CEM) integran, junto a representantes de otras instituciones, un grupo de trabajo formado por la Corporación Nacional Forestal (Conaf), para elaborar un plan de contingencia para la restauración ecológica post incendios en un sector de la Reserva Los Ruiles.
El director del ICB, Claudio Ramírez, explicó que la atención se ha centrado en el ruil (Nothofagus alessandri) porque se trata de un árbol nativo que caracteriza al bosque costero maulino, el cual ya había sido declarado en peligro de extinción y monumento natural mucho antes de los incendios.
“Se requieren medidas de corto plazo, como por ejemplo, reconstruir cercos que rodean las zonas afectadas, cortafuegos de mayores dimensiones y rescate de germoplasma, además de monitoreo de la sucesión ecológica post-incendio, estudios de variación genética de las zonas afectadas, etc.”, afirmó a diario El Centro.
Todo lo anterior, mientras aún está por definir el nivel de daño en el bosque nativo y sus consecuencias. “La dinámica ecológica de un bosque nativo es muchísimo más compleja que una plantación forestal, y no es mucho lo que se conoce de estos procesos”, comentó el director del ICB.
Pérdida de biodiversidad
Al mismo tiempo, el especialista recalcó que los siniestros del verano afectaron principalmente plantaciones forestales, que no son lo mismo que un bosque, dado que las primeras son esencialmente cultivos específicos de una especie como pino radiata o eucalipto.
“En ese sentido, la pérdida de biodiversidad producto de los incendios ocurridos en las plantaciones forestales es muy baja. De hecho, especies como el pino pueden rebrotar y recuperarse rápidamente”, observó.
Algo muy distinto ocurre con los bosques nativos. Al respecto el profesor Ramírez señaló que “estos bosques están constituidos por una enorme diversidad de organismos, muchos de ellos aún desconocidos, que establecen relaciones ecológicas específicas evolutivamente generadas”.
El profesor Ramírez agregó que los incendios, en la Región del Maule, afectaron principalmente al bosque maulino costero, el que ya había sufrido de una severa deforestación cuando en décadas pasadas grandes superficies de este fueron reemplazadas por plantaciones de pino y eucalipto.
“Solo quedan fragmentos de bosques nativos, algunos de ellos protegidos por la Conaf”, aseveró, junto con indicar que falta determinar en detalle del daño que los incendios causaron en estos bosques, que fueron alcanzados en más de un 50%.
Por otra parte, el académico detalló que los ecosistemas naturales proveen de una serie de beneficios a la población humana, entre los cuales destacó la regulación del clima, fijación de CO2, regulación de la erosión y ciclo de nutrientes, polinización, etc. Indicó que la pérdida de biodiversidad se asocia con la disminución de estos servicios.
El ICB tiene un área de investigación en biodiversidad y producto de esta se ha generado una línea base de información que se requiere para tomar decisiones. “Eso es un aporte importante”, dijo, respecto a las acciones de restauración ecológica que se deban emprender.