El 10 de diciembre de 2002, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos recibió una petición en la cual se alegó la violación por parte del Estado de Chile en diversos artículos de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.

Esto era en perjuicio de un grupo de personas que se verían afectadas por la construcción del proyecto central hidroeléctrica Ralco, llevado adelante por la Empresa Nacional de Electricidad Endesa.

Dentro de ellas estaban las hermanas Berta y Nicolaza Quintremán Calpan, quienes se opusieron tenazmente a este proyecto.

El viernes, tras casi dos décadas de espera, cinco familias relocalizadas recibieron sus subsidios habitacionales, dineros con los que podrán habitar un departamento en cercanías del centro de Los Ángeles.

Hilda Riquelme, de Alto Bío Bío, fue una de ellas, y si bien expresó su satisfacción también hizo saber a las autoridades lo difícil que fue para las familias esperar tantos años por algo que se les había comprometido.

“A nosotros nos sacaron de allá con nuestras viviendas hechas en nuestros territorios. Como nos tuvimos que trasladar nos quedamos sin vivienda, por ende el Estado se comprometió a entregarnos viviendas. Esto ha sido bastante complicado, engorroso”, dijo.

Además, expresó que no podrán disfrutar como quisieran sus viviendas debido al tiempo que pasó para obtener estos subsidios.

“Por ejemplo la señora Berta ya está con Alzheimer, aunque usted le entregue una vivienda no va a saber nada porque no sabe nada del mundo, no está bien. Ella fue la que más luchó, fue una mujer emblemática en la lucha Ralco. Por eso es doloroso, a mí me duele mucho porque se dejó botadas muchos años a las familias”, añadió.

El seremi de vivienda, Sebastián Abudoj, reconoció la demora de 17 años, pero afirmó que están trabajando para que no se vuelva a repetir.

Con la entrega de los departamentos, hay otras 11 familias que optaron por el subsidio que les permite construir sus viviendas en sus propios territorios.