La unidad forense de delitos sexuales en el Hospital Base de Los Ángeles ha registrado más de 70 casos en lo que va de este 2019. Según estiman, para fin de año la cifra sería cercana a las 100 víctimas.
Esta Unidad Clínica Forense Hospitalaria nació como iniciativa del Gobierno, por lo que consiste en un plan piloto nacional desplegado con 16 salas para efectuar peritajes sexológicos.
Este espacio es independiente del trabajo que realiza el Servicio Médico Legal y tiene como objetivo incrementar los lugares de atención a las personas que han sufrido una agresión sexual.
El médico ginecólogo encargado, William Sarmiento, puntualizó que desde el año 2017 la cantidad de denuncias por estos hechos han aumentado, y hasta septiembre ya son 76 los casos. De acuerdo a Sarmiento, considera que el incremento en las denuncias se debe a que la comunidad ya tiene conocimiento del trabajo que ellos realizan.
Cómo denunciar
Desde la unidad forense de delitos sexuales indicaron que al momento de denunciar, si la persona es mayor de edad, debe acudir a Carabineros o la Policía de Investigaciones. Lo importante es que esto se realice lo antes posible, esto porque son 72 horas posterior al delito en las que se pueden efectuar los exámenes para obtener los resultados que permitan acreditar la agresión.
Sin embargo, esto debe ser ordenado por Fiscalía, ya que la unidad no puede efectuarlos sin tener la indicación del organismo.
En tanto, cuando se trata de casos de menores de edad, un familiar o incluso personal de salud que sospecha de su vulneración de derechos, se debe presentar esta situación ante las autoridades respectivas, para verificar si ha existido o no alguna situación de agresión sexual.
En estas situaciones, se envía la muestra médica a Santiago, donde se revisa y comprueba si hay algún indicio de vulneración.
Primera acogida
La matrona supervisora de la sala forense, Bárbara Araya, explicó que por lo general los pacientes que llegan al espacio tienen un perfil vulnerable, por lo que el choque emocional es importante.
Cuando se tiene conocimiento comprobado del hecho, se les da prioridad y se les hace pasar por el procedimiento siempre en compañía de algún familiar o personal del área.
Araya además agregó que cuando se debe trabajar con menores de edad, se utilizan libros para colorear, de manera que puedan distender en lo posible lo que han vivido.
Según indicó, algunas víctimas llegan luego de horas sin haber consumido algún tipo de alimento, y considerando que se facilita un tratamiento farmacológico, les entregan colaciones para que puedan alimentarse y además sobrellevar el consumo de los medicamentos.
La profesional señaló que buscan que el procedimiento sea lo menos traumático posible por lo que durante la toma de exámenes, los pacientes están en compañía de algún familiar de confianza tras un biombo, usualmente tomados de la mano mientras se realizan las pericias.
En caso de no contar con alguien cercano, son las mismas matronas quienes se quedan con las víctimas, para que en ningún momento se encuentren solas.
En total son cuatro las profesionales que trabajan en la sala, con una de turno. Si bien hasta la fecha van 76 denuncias, se estima que de aquí a fin de año incluso sean 100, las que son atendidas durante cualquier horario sin importar la fecha.
La matrona encargada explicó que la mayoría de los casos corresponden a mujeres, incluso menores de edad, mientras que si bien existen varones, estos casos son los menores, pero en su mayoría se trata de niños o adolescentes.
