El cierre de la planta de Iansa en Linares ha generado incertidumbre en Los Ángeles, donde el futuro laboral ha sido tema obligado para transportistas y comerciantes en torno al rubro.

Así quedó demostrado en la habitual espera de los cientos de vehículos en el estacionamiento al ingreso de la empresa para ingresar las cargas de remolacha, donde los transportistas locales temen a que las consecuencias no tarden en llegar a la zona.

Cada camión hace 2 a 3 cargas al día y cada viaje significa un promedio de 3 horas de espera para descargar en el recinto de Vicuña Mackenna, como contó Lorenzo, uno de conductores dedicados al transporte de la materia prima.

La llegada de camiones desde otros puntos del país preocupa a Pedro Arriagada, quien hace sólo un mes transporta remolacha.

Aunque una opinión distinta entrega Evelyn Pérez, quien tiene un puesto de comida rápida junto al acceso de la empresa en Los Ángeles ya que asegura que se vería favorecida debido a que trabajadores, guardias y sobre todo transportistas son sus principales clientes.

Cabe recordar que el presidente de la Federación de Remolacheros, Jorge Guzmán dijo que la situación de Linares se podría repetir, en la capital de Bío Bío “en un futuro próximo”.