Dos de los embalses de la región de Valparaíso se encuentran completamente secos, y el río Aconcagua (uno de los flujos de agua más importantes de la zona) ha visto reducido su caudal de manera preocupante, en algunos sectores. Por eso, la sanitaria Esval ha presentado un plan de obras para asegurar el acceso al agua potable para los próximos meses

En la zona del valle del Aconcagua, el déficit hídrico actual es uno de los peores de los últimos años, alcanzando casi un 50% menos de agua respecto a la década anterior.

Frente a este contexto, que fue considerado de catástrofe el año pasado, la empresa sanitaria ESVAL en conjunto con las juntas de vigilancia de las tres secciones del río Aconcagua, entregaron al Ministerio de Obras Públicas un plan de obras para la cuenca del río.

La idea, según el gerente general de la firma, José Luis Murillo, es avanzar en una mesa técnica en la que participe la Dirección de Obras Hidráulicas y la Dirección General de Aguas

“Nos hemos puesto de acuerdo en las obras que debemos realizar en el medio y largo plazo (…) privilegiando el consumo humano, pero haciendo este consumo compatible con todos los actores que trabajan en el río. Nos va a brindar un futuro donde vamos a utilizar el recurso con más eficiencia”, señaló Murillo.

El plan se suma a la recarga del embalse Los Aromos, uno de los principales embalses de la región, con el fin, dicen desde la sanitaria, de lograr la sustentabilidad de la cuenca que se ha visto en riesgo durante los últimos años producto de la escasez hídrica.

Sobretodo, cuando los embalses Peñuelas, en Valparaíso y Poza Azul, en Quilpué se encuentran secos, y la acumulación de nieve en la cordillera es insuficiente para aumentar el caudal de los ríos.

Según se informó desde la empresa sanitaria, el río Aconcagua se encuentra completamente seco en el sector de la la planta de producción de agua potable, ubicada en la comuna de Concón desde octubre del año pasado.