Una indemnización de un millón de pesos deberá pagar una veterinaria de Quilpué, tras un inédito fallo en que la Corte de Apelaciones de Valparaíso la condenó por la pérdida de un gato que había quedado bajo su cuidado en el servicio de guardería.

A poco más de un año de la muerte de su esposo, en 2016 Ana Delgado, de 62 años, decidió viajar desde su casa en Villa Alemana a la región de O’Higgins para compartir con su familia por el fin de semana largo del 18. Pero había un problema: ¿dónde dejaría sus gatos?

La mujer le tenía mucho cariño a sus animales, sobre todo a Tony, que se lo había regalado su marido. Después de las averiguaciones de una de sus hijas, decidió que quedara con una veterinaria de Quilpué en el sector de Los Pinos, Estephanie Suárez, quien ofrecía el servicio de guardería. Mas cuando volvió a buscarlo, el 19 por la noche, la veterinaria, después de demorarse un tanto, le informó que Tony no estaba, sólo su otra mascota.

La veterinaria se puso a atender pacientes y le dijo a mi mamá: ‘Mire, yo estoy ocupada, estoy atendiendo pacientes, el gato se perdió’
- Ana Reyes, hija de Delgado

La profesional no pudo explicar cómo se había perdido, y se limitó a entregarle tanto los juguetes como los caniles -el de Tony roto- que habían llevado.

“Ella (la veterinaria) ni siquiera hizo una acción de búsqueda ese día en la noche. Mi mamá estaba desesperada, me llamó llorando, que el gato no estaba, y nadie sabía nada”, contó Ana Reyes, hija de la afectada.

Por su parte Delgado buscó desde la mañana siguiente a Tony, pegando carteles por los alrededores y, según acusó, sin ayuda de Suárez.

Afiche por desaparición de Tony | Cedida
Afiche por desaparición de Tony | Cedida

“La veterinaria se puso a atender pacientes y le dijo a mi mamá: ‘Mire, yo estoy ocupada, estoy atendiendo pacientes, el gato se perdió’“, aseguró Reyes .

Por ello, Delgado presentó una demanda contra Suárez, con la representación del estudio Kegevic&Cia, pidiendo que se le pagara tanto lo que había cancelado por el cuidado (20 mil pesos) como por el daño moral, causado por el extravío de su mascota, a la que quería especialmente por haber sido un regalo de su difunto esposo.

Después de perder en primera instancia, pues el Primer Juzgado de Letras de Quilpué estimó que no se había probado debidamente “la afectación sufrida por la demandante”, la semana pasada, en una inédita resolución, la Corte de Apelaciones de Valparaíso determinó que la veterinaria debía pagar a Delgado un millón de pesos por daño moral.

Este fallo tuvo una buena recepción en los demandantes, pese a que en principio pedían 5 millones de pesos.

“Lo que buscábamos era el precedente, el ejemplo. No habíamos visto una sentencia similar, que reconoce la ‘relación especial’ con la mascota“, manifestó Alex Cortés, abogado que llevó la causa.

“Estamos súper contentos y satisfechos como familia”, expresó por su parte Ana Reyes, quien agregó que pretenden donar el dinero que quede, tras cancelar a los abogados, a alguna organización que se dedique al cuidado de los animales.

Cedida
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Error involuntario

Por otro lado, Estephanie Suárez valoró la sentencia pese a perder: “Por un error involuntario, por lo menos se sentó un monto para una mascota en este tipo de casos”.

La veterinaria explicó que hasta el día de hoy no sabe cómo se perdió el gato. Según ella, no le gusta tener a los animales en caniles y, por lo tanto, Tony estaba suelto dentro de la habitación donde los mantenía.

“Ellos igual cayeron en una venganza. Su hija (Ana Reyes) me funó por redes sociales“, manifestó Suárez.

Este aspecto fue negado por Reyes, al menos en los mismos términos. “Solamente puse en evidencia la situación: ‘En la clínica tanto, del sector Los Pinos de Quilpué, se nos extravió nuestro gato con la doctora tanto. Por favor si alguien lo ve…’ y los datos correspondientes. Las redes sociales se movían y ella me reportó en Facebook, mi perfil. Me demoré mucho en recuperar mi cuenta”, dijo Reyes.

Por esta situación, Suárez aseveró que decidió sólo recibir a clientes antiguos en su servicio de guardería.

La sentencia de la Corte de Apelaciones de Valparaíso a continuación: