La Justicia sobreseyó a los dos últimos reos que se mantenían prófugos tras escapar de la cárcel de Chillán, durante el terremoto del 27 de febrero de 2010.

A 12 años, cinco meses y 16 días de la caída del muro perimetral de la cárcel de Chillán, el Poder Judicial terminó el proceso de persecución de los reos que huyeron en una verdadera estampida, durante el terremoto del 27 de febrero de 2010.

La resolución favoreció a los únicos dos “reos fugados” como se les llamó, que jamás pudieron ser aprehendidos ni ubicados, de los cerca de 250 internos que huyeron en esa madrugada.

Recordemos que la fuga dejó a cuatro fallecidos, donde tres fueron alcanzados por disparos de gendarmes y uno quemado vivo.

A este último otros reos lo dejaron amarrado a un camarote cuando las celdas del recinto carcelario habían sido incendiadas por los mismos prisioneros.

Sobreseyeron a los dos últimos reos que escaparon desde la cárcel de Chillán

Los reos que se mantenían prófugos eran Edy Joshue Shibar Fuentes y Favio Alberto Miranda Escobar, ambos condenados por delitos en contra de la propiedad.

Su situación fue tratada en una audiencia realizada en el Juzgado de Garantía de Chillán, ocasión en que -a pesar de la oposición del Ministerio Público- el tribunal acogió los argumentos de la Defensoría para no perseverar en la causa relativa al quebrantamiento de condena.

Precisamente, el pasado miércoles llegó el oficio emanado del Juzgado de Garantía a la Policía de Investigaciones de Chillán, que daba cuenta que se dejó sin efecto la orden de detención que había en su contra.

La medida tuvo como contexto un instructivo de carácter nacional que emanó del Poder Judicial, debido a los retrasos en el desarrollo de las audiencias, debido a las restricciones sanitarias por la pandemia, entre 2020 y 2021.

En el documento se les pidió terminar, mediante el sobreseimiento, todas las causas desde el 2003 a la fecha, que estuvieran en condiciones de llegar a su fin mediante este formato legal.

Si bien el quebrantamiento de pena tiene en lo teórico una pena asociada de cinco años y un día como máximo, al menos en Chillán, Gendarmería estableció solo castigos como la prohibición temporal de recibir visitas o la suspensión de aquellos beneficios que se les pudiera haber otorgado pretéritamente.

De todas formas, y considerando que el megasismo que echó el muro abajo ocurrió hace más de una década, “ya no hay ninguno de esos internos que se fugaron cumpliendo condena en la cárcel todavía, a menos que se trate de alguna persona que haya vuelto por reincidir, es decir, por otra causa totalmente distinta a la que lo mantenía privado de libertad en esos años”, explicó la comandante Emyly Ibáñez, directora (s) regional de Gendarmería.

La mayoría de los fugados volvió solo a la cárcel de Chillán

Sin lugar a dudas, la fuga masiva de reos durante esa madrugada del 27 de febrero del 2010 ha sido uno de los episodios más dramáticos vividos en ese recinto penal.

El sismo originó fracturas en las celdas de la torre de dormitorios, por lo que los reos, desesperados, lograron abrir a la fuerza las puertas metálicas que los conducían a las escaleras de salida.

Una vez en el patio común, advirtieron el desplome del muro poniente, por lo que más de 250 de ellos arrancaron, según publica La Discusión.

Algunos ingresaron a un restorán ubicado en esa calle, desde donde iniciaron un incendio con las mangueras de gas de la cocina.

El siniestro se expandió por otras cinco viviendas, destruyéndolas por completo, situación que con los años significó una indemnización por parte del Estado a las familias afectadas.

“En ese tiempo yo estaba en Iquique, pero para el terremoto del 2014, allá pasó algo similar, y al igual que acá, la mayoría volvió o al día siguiente o a los pocos días de manera voluntaria, ya que solo habían arrancado para ver cómo se encontraban sus familias”, explicó la comandante Ibáñez.

En efecto, cerca del 50% de los que arrancaron volvieron solos, muchos de ellos aterrorizados porque sabían que, debido a la falta de comunicación formal en los días siguientes, había rumores que hablaba de una ola de homicidios, violaciones y asaltos cometidos por los “reos fugados”, situación que no era cierta.

El último reo fugado en ser capturado fue Esteban García Rebolledo, de 33 años, el pasado 1 de octubre de 2019, en Argentina.