Casi como un ritual, todos los años en la misma fecha, la familia de Maarten Melle Visser viaja a Chile para visitar el sector donde se perdió el rastro de su hijo.

Más de 34 años después, aún no hay indicios de qué sucedió con él, pero eso no merma sus esperanzas de encontrar algún rastro que de señales de su paradero.

El caso del joven, extraviado desde el 12 de diciembre de 1985, forma parte del informe Rettig desde la década del 90, sin embargo, nunca fue sindicado como un hecho de violación a los derechos humanos durante la dictadura.

Loes Visser, madre del joven, expresó “para nosotros, mi marido y yo, es muy duro porque es un viaje lejano, es muy emocional porque no se sabe nada. Todos los años esperamos un milagro, una pista o huesos, o restos, pero hasta hoy no hay una pista, y eso nos da mucha lastima”. Asimismo, piden verdad sobre lo que pasó, pues es importante para ellos, aseguran.

De acuerdo a los familiares del desaparecido, un pacto de silencio estaría trabando la investigación, por lo que pidieron a quien tenga antecedentes los entregue a la policía, y con ello, poner fin a una historia de dolor que se extiende ya por 34 años.