Luego de la socialización de los resultados del último Índice de Calidad de Vida Urbana desarrollado por la Cámara Chilena de la Construcción y la Universidad Católica de Chile; la variación de la comuna de Osorno respecto de 2017 causó gran preocupación dentro de la opinión pública.

Esto tras conocerse que del puesto 13 (perteneciente a un rango superior), pasará al 51 (que equivale a un rango promedio), equivalente a una caída de 38 puestos.

Según explicó el encargado del estudio, Arturo Orellana, la razón tuvo directa relación con el cambio de variables implementadas para este año, pero realmente no significa una caída dramática.

Recalcando además que el ICVU, no es una investigación que se deba comparar tan sólo de un año a otro, sino que la atención tiene que centrarse en el panorama de la comuna través del tiempo.

Si bien el experto explicó que el ranking no es lo más relevante, señaló que las áreas donde Osorno se vio más afectado fueron salud y medio ambiente, categorías en donde la ciudad debe trabajar.

Esto se puede entender con los problemas en recintos médicos por falta de camas y horas de espera, como también en la mala calidad del aire y los problemas con los residuos.

En tanto, el presidente de la Cámara Chilena de la Construcción en Osorno, Paulo Arce, mencionó que es necesario contar con estudios propios que complemente en índice de calidad urbana, los cuales deberían ser llevados a cabo por el municipio y las universidades.

Al contrario, el alcalde, Jaime Bertín, criticó los cambios que se realizaron para medir la calidad de vida de este 2018, sosteniendo que no es objetivo y asegurando que la posición dentro del ranking es perjudicial, ya que es lo que la población principalmente observa.

Por último, Bertín aseguró que si bien la comuna puede realizar un estudio propio, no es de relevancia para el municipio, pues, según el alcalde, la casa edilicia está para desarrollar cosas más importantes, agregando que el estudio que se evidenció es poco serio.