Un particular integrante posee el buque patrullero Micalvi de la Armada en la región de Los Lagos, una embarcación que opera normalmente entre Puerto Montt y la Isla Grande de Chiloé. Se trata de “Calamar”, un perrito que fue rescatado en 2008 tras la erupción del volcán Chaitén cuando tan sólo era un cachorro. Marinos … Continue reading ""Calamar": el perrito rescatado en Chaitén y que fue nombrado cabo segundo en la Armada"

Un particular integrante posee el buque patrullero Micalvi de la Armada en la región de Los Lagos, una embarcación que opera normalmente entre Puerto Montt y la Isla Grande de Chiloé.

Se trata de “Calamar”, un perrito que fue rescatado en 2008 tras la erupción del volcán Chaitén cuando tan sólo era un cachorro. Marinos lo encontraron en Punta Chana, llevándolo consigo producto de la devastación que existía en la zona, dándole cobijo en el navío y transformándolo en parte del personal.

Según relató a Radio Bío Bío el capitán de corbeta y comandante del patrullero Micalvi, Mario Velenzuela Peña, el can “es un integrante más de la dotación de este buque”.

“Somos 28 hombres y un can y se ha acostumbrado a todas las tareas que realiza el buque. Es un fiel compañero para las guardias, tanto en puerto como en la mar”, sostuvo.

Junto con ello el comandante relata que la principal tarea de “Calamar” es “espantar a los lobos para que se pueda subir de forma segura la dotación a efectuar el mantenimiento correspondiente a las boyas”.

Y es que durante más de 6 años se ha desempeñado como un marino más en el patrullero, tomándose muy en serio su labor en la embarcación. Fue precisamente esta actitud la que le valió convertirse en la primera mascota de la zona con un grado en la Armada, siendo nombrado como cabo segundo.

Pero “Calamar” no es un can cualquiera, sino que posee una personalidad muy especial. Así lo describe el cabo segundo Manuel Lobos, quien comenzó a trabajar junto a él en el año 2015: “Yo me tuve que acercar a él porque él no se acerca a nadie. No le hace caso a nadie, a menos que se gane su amistad por el tema de la comida”, explica.

Actualmente es el que lleva más tiempo a bordo del buque Micalvi en relación a todo el personal que opera en él, experiencia que le ha hecho ganar el respeto y el cariño de todo aquel que lo conoce