VER RESUMEN

Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

Una madre denunció que un profesor del Colegio Puente Maipo en Puente Alto tomó bruscamente del cuello a su hijo de sexto básico por llegar cinco minutos tarde a clase, aislándolo en una sala por media hora. La institución, afiliada a la Fundación de Educación Nocedal, activó un protocolo de convivencia escolar y tomó medidas como prohibir al docente acercarse al niño. A pesar de la intervención, la familia no quedó satisfecha y la Superintendencia de Educación cerró el caso.

Si un profesor toma del cuello del polerón a tu hijo y lo llevas a una sala aislado ¿lo consideras agresión?. Para Ivonne, sí, lo fue.

Esto ocurrió el pasado 28 de mayo en el Colegio Puente Maipo en la comuna de Puente Alto, en la región Metropolitana.

Según relató Ivonne al área de Denuncias de BioBioChile, su hijo, estudiante de sexto básico del establecimiento, llegó cinco minutos tarde a la clase de Lenguaje.

Por este motivo, uno de los profesores encargado de Convivencia Escolar, lo toma bruscamente del cuello y lo lleva a una sala donde queda aislado. “Una sala que usa el colegio como para que los niños que se portan mal”, relató la mujer.

“Lo toma por el cuello, lo empuja hacia dentro de la sala, cierra la puerta y estuvo aproximadamente media hora encerrado”, añadió Ivonne.

Claramente, como madre, es una situación que no podía dejar pasar, por lo que solicitó inmediatamente una declaración del colegio. Lo que recibió, aumentó aún más la molestia.

Y es que le dijeron, según su relato, que esa sala era una forma de que los niños tomaran conciencia de que estaban haciendo algo mal. Entonces, ¿se consideró que el menor, al llegar cinco minutos tarde estaba haciendo algo mal?. Claramente, no es lo ideal que llegue tarde, pero ¿era necesario hacer lo que hizo el profesor?.

“Nosotros como papás creemos que no por unos 10 o 15 minutos tarde a una clase tiene que ser maltratado, o tratado mal (…) porque el colegio no lo ve como un maltrato, o sea, un niño menor de 11 años, encerrado media hora en una sala sin comunicación, según lo que me explicaban en el colegio, esta sala es para que los alumnos se autorregulen, pero mi hijo tiene 11 años, entonces difícilmente se puede autorregular”, dijo Ivonne.

Frente a esta situación, presentó la siguiente reflexión “Si lo vemos por el otro lado, ¿qué pasa si es el menor el que está haciendo presión contra el adulto? Mi hijo ya hubiera sido expulsado del colegio”.

Esto dejó secuelas en el menor

La madre del menor relató que tras esta situación, su hijo, en un inicio, no quería ir al colegio. Luego, preguntaba si es que se lo toparía o no.

“Los primeros días no quería ir. No quería ir, nos costó. Varias veces lo retiramos a medio día, lo quitamos antes, iba a dar solo las pruebas, después lo iba a buscar porque le causó un conflicto tenerlo ahí. En estos días me ha dicho que no ha visto al profesor, pero sí anda preocupado de que está allí. ¿Me entiendes?”, dijo Ivonne en la entrevista.

También, agregó que “Entonces y eh unos días me preguntaba, ‘Mamá, ¿no me va a pasar nada en el colegio?"”, manifestó la madre, quien señaló que tenía que explicarle a su hijo que no le pasaría nada y que ellos como padres iban a estar atentos a cualquier cosa que le pasara, sin embargo, el pequeño se quedó con el temor.

Y es que la actitud del docente choca con los valores cristianos que promueve el colegio, el cual pertenece a la Fundación de Educación Nocedal, la que recibe “apoyo espiritual de la Prelatura del Opus Dei”, consigna su sitio web.

¿Qué dicen desde el colegio?

Por intermedio de la misma fundación, BioBioChile conversó con Óscar Garrido, director del Colegio Puente Maipo.

Según indicó el directo, “este fue un caso que no es normal”. Tras la denuncia de la madre, añadió Óscar, se activó el protocolo de convivencia escolar.

También manifestó que a ellos, como institución, les pareció que la forma en cómo el profesor tomó al menor, no era correcta. De hecho, entregó otro detalle, que el menor dijo que cuando el profesor lo tomó del cuello del polerón “eso como que lo ahorcó”.

El director confirmó que el profesor llevó al niño a una sala aislada, la que llaman “De vuelta a la calma”. Ante la claridad de los hechos, queda en evidencia que no era el menor el quien necesitaba estar en calma, sino, el profesor.

Garrido dijo que entre las medidas que tomaron como colegio, fue poner un psicólogo a disposición del niño, quien habló con él. En el informe realizado, se indica que el alumno ya se sentía seguro y que no había vuelto a tener contacto con el profesor.

También señala que se sentía apoyado y respaldado por el colegio. Ahora, esto es lo que dice el informe, muy distinto a lo que dice la familia de cómo se siente realmente el pequeño.

Otras de las medidas fue prohibirle al profesor acercarse al estudiante, o a la zona donde se encontraba.

Tras la constatación del hecho, se informó a la Inspección del Trabajo. Como la madre, detalló el director, no quedó conforme con la sanción, se solicitó a la Superintendencia de Educación una mediación.

Ahora, lo curioso es que tras recibir la documentación e informes de lo sucedido, la Superintendencia de Educación decidió cerrar el caso, ya que no consideró que “la situación planteada no reúne las condiciones para ser abordada a través de la mediación ni de la conciliación en la Superintendencia de Educación”.

Todo por cinco minutos tarde

Durante la conversación, sigue llamando la atención que el profesor enviara al niño a una sala de regulación, siendo que solo llegó cinco minutos tarde a una clase. Suena más a un castigo que una forma de tranquilizarlo.

El director del establecimiento confirmó que el profesor no fue despedido y que actualmente está con medidas precautorias y que fueron cambiadas algunas de sus funciones, como por ejemplo no tener contacto con niños del nivel de sexto básico.

Pese a las medidas tomadas por el establecimiento y la activación de protocolos, la molestia de la familia persiste, no solo consideran que el actuar del profesor no fue el correcto, sino que tampoco va en la línea con los valores cristianos que promueve tanto el establecimiento como la fundación. Lo que esperan, a fin de cuentas, es que esto no le vuelva a pasar a su hijo, o a cualquier otro niño.

Si tienes una denuncia que quieras compartir con nosotros, nos puedes escribir al correo denuncias@biobiochile.cl o a nuestro número de WhatsApp ‪+56 9 9845 7334