El cardenal Fernando Chomali será el único representante de nuestro en el cónclave que permitirá elegir a un nuevo sumo pontífice. Esto, tras la muerte del papa Francisco, a los 88 años y 12 de pontificado.
La trascendental instancia reunirá a un selecto grupo de 135 cardenales, todos menores de 80 años, quienes se encerrarán en la Capilla Sixtina para llevar a cabo la votación que se puede extender por más de una jornada.
Y es que si bien este proceso contempla cuatro votaciones diarias, la elección solo se da por terminada hasta que uno de los candidatos alcance la mayoría de dos tercios.
Eso sí, con el fin de evitar entrar en un bucle infinito -si es que no se llega a un acuerdo-, la votación seguirá con los dos candidatos que consiguieron mayor apoyo en la ronda anterior.
Una vez alcanzada la mayoría, el decano de mayor rango y antigüedad, le preguntará al cardenal electo si acepta o no asumir el cargo de sumo pontífice.
Si este acepta, deberá señalar qué nombre adoptará, y luego vestirse con una túnica blanca y zapatillas rojas en la “Sala de las Lágrimas”, adyacente a la Capilla Sixtina.
El ritual termina cuando el decano se dirige a los fieles que están en la Plaza de San Pedro para indicar, a viva voz, el tradicional “Annuntio vobis gaudium magnum: Habemus papam“.
El Trasnoche de Radio Bío Bío se contactó con monseñor Chomali, quien indicó que “estamos bastante conmocionados, porque la verdad que fue un hombre que marcó la historia, nos habló con mucha claridad del Evangelio, nos dejó una enseñanza, preocupado por el mundo, preocupado por los más pobres, preocupado por la iglesia, una persona que abrió las puertas”.
“La verdad que es muy impactante la noticia que hemos recibido y respondo con lo que puedo decir, porque estoy muy emocionado, la verdad”, añadió.
Asimismo, al ser consultado sobre su viaje a Roma, el arzobispo señaló que “debo decirlo con mucha humildad, voy representando a Chile”.
“El cónclave es un momento muy importante, de mucha oración, donde vamos a elegir a un Papa que nos va a seguir acompañando en nuestra tarea, que es anunciar el Evangelio, pero sin lugar a duda que el papa Francisco dejó la vara alta”, añadió.
Por último, el cardenal sostuvo que el papa Francisco siempre estuvo muy “vinculado con el mundo de los pobres, eso le significó muchas críticas. Él tenía mucha cercanía con los sacerdotes que estaban en las poblaciones, le llamaba los villeros”.
“Él se daba cuenta que el Evangelio era una buena noticia para todos, sin lugar a dudas, pero más especial para los pobres. No nos olvidemos que él iba el Jueves Santo a la cárcel, donde hacía el lavado de los pies. Imagínense lo que significa que el papa llega a la cárcel, y de hecho ahora, una de las últimas visitas que hizo fue a la cárcel de Roma, parece que él sabía que tenía pocos días”, cerró.