Los diputados reinician su trabajo legislativo con una doble sesión de Sala para debatir y votar uno de los proyectos más importantes del gobierno de Gabriel Boric: la Reforma Tributaria. La oposición apunta que el gobierno continuará negociando el proyecto en el Senado y que habrá una 'aprobación estrecha' en la Corporación. El debate sobre el balance entre la justicia tributaria y el daño a la inversión sigue vivo y ya se anunciaron votaciones separadas y hasta un posible ingreso de indicaciones.

Después de siete meses de trámite en la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, la reforma tributaria entra en una etapa crucial, como el proyecto clave del presidente Gabriel Boric para concretar su programa de Gobierno.

Recordemos que el Ejecutivo presentó dos paquetes de indicaciones que ya redujeron un 0,6% la recaudación de más de cuatro puntos que ya estaba presupuestada.

El informe, de más de 900 páginas que dejó la comisión, ha sido analizado durante el receso legislativo por diversas fuerzas políticas y se esperan solicitudes de votaciones separadas y el intento de derribar algunas votaciones que requieren más quorum.

En todo caso, el saliente jefe de bancada del Partido Comunista, Boris Barrera -que estuvo en el trámite de la Comisión de Hacienda- dice que es difícil que la iniciativa no pase al Senado y plantea que la oposición no tendrá cómo defender su postura en temas clave.

Uno de los principios rectores de la postura crítica de la oposición, es que el pago de impuestos y su régimen genera efectos, asegurando que uno de los principales será la traslación, es decir, que los dineros se irán del país.

En ese sentido, el RN, Miguel Mellado, enumeró los problemas, como por ejemplo las normas de tasación de los impuestos y el sistema de pérdidas tributarias, que limitaría que las empresas puedan usar las pérdidas de años anteriores para rebajar su renta líquida imponible.

Aquí también está el aumento del 10% al 22% de tasa fija en el mercado de capitales y sobre todo, el llamado ‘impuesto a los súper ricos’.

Mellado asegura que el Gobierno decidió seguir negociando la reforma en el Senado y que la iniciativa se aprobará en la Cámara de manera estrecha.

En fuerzas de oficialismo más moderadas, hay un reconocimiento de que la propuesta no será aprobada de manera total.

Fuerzas intermedias, como el Partido de la Gente, ya están mirando aspectos de la reforma que van a rechazar, buscando preparar indicaciones y hasta proyectando más adelante, en el trámite, el trabajo de una Comisión Mixta.

Políticamente, se dijo mucho durante el trámite de comisiones: El gobierno tenía una mayoría en la instancia, que podría ser más difícil de replicar en Sala, en donde la fragmentación política podría obligar a La Moneda a volver a sentarse a la mesa para negociar en la Cámara Baja.

Al respecto, el expresidente de la Corporación y actual representante del PPD en Hacienda, Raúl Soto, reconoce este escenario y habla de tener apertura para seguir debatiendo.

Sin embargo, hay fuerzas opositoras sin matiz. Uno de los argumentos oficialistas siempre ha sido que estructuralmente Chile requiere un nuevo régimen tributario y lo requiere rápido.

La ausencia de industria propia y la dependencia del extractivismo, les dan piso para creer que los impuestos son uno de los pocos caminos.

En el Partido Republicano, son quienes están más lejos de esta posición. Agustín Romero, diputado que es una autoridad en la materia dentro de su bancada, va en contra del argumento de que esta es una reforma progresiva que grava rentas altas y la califica como ‘regresiva’.

Dice que pedirán votaciones separadas, ante todo, para hacer un punto político.

Cabe destacar que el proyecto busca tener un efecto profundo, ya que contempla modificaciones al Código Tributario y al Impuesto a la Renta y cambios en materia de IVA, Herencia, Donaciones, Políticas de Evasión y Elusión y Ley Única de Fondos.

Es por esto que habrá dos sesiones de cuatro horas que lo tendrán como único punto de tabla. A excepción de algunos artículos puntuales, el camino será el de la mayoría simple.

Así las cosas, el pronóstico es un avance mayoritario de sus elementos, pero con un margen que necesitará al oficialismo presente y alineado.