La institución chilena se refirió a la muerte de Benedicto XVI, expresando sus agradecimientos y llamando a la oración.

El Episcopado chileno emitió una declaración de condolencias tras la muerte de Benedicto XVI, llamando a la unión y a orar por su alma el próximo 1 de enero. El Papa emérito falleció esta mañana en el monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano, donde vivió sus últimos años

El dolor por la partida de este padre y pastor, nos conmueve a todos. Pero con la convicción que “Dios es amor”, como nos recordó en su primera carta encíclica. Somos animados en la esperanza y gratitud al Señor por la vida y magisterio de Benedicto XVI”, escribió la institución.

El mensaje fue firmado por el Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile, donde obispos manifiestan su dolor y asimismo gratitud por Benedicto XVI, que renunció al rol de Papa en 2013, pero continuó sirviendo a la Iglesia. “El papa emérito estuvo en silencio sosteniendo a la Iglesia”, enfatiza el Episcopado.

Episcopado chileno recuerda los lazos de Benedicto XVI con Chile

“Además, recordamos el hermoso regalo de la imagen de la “Virgen del Carmen Misionera” que nos hizo llegar con motivo del Bicentenario de la Patria y que recorrió todas las diócesis. Comenzando por las comunidades más afectadas por el terremoto de febrero de 2010″, sostienen.

Finalmente, agradecen sus labores e informan que cada diócesis del país determinará momentos de oraciones para quienes estén interesados en despedirlo. “Hoy los obispos de Chile agradecemos al Dios de la vida por el paso entre nosotros de su hijo Joseph Ratzinger, que por intercesión del Espíritu Santo llegó a ser Pastor universal de la Iglesia”.

“En estos días en que acompañaremos su velatorio a la distancia, invitamos a todo el Pueblo de Dios que peregrina en Chile y a todas las personas de buena voluntad a unirnos en oración por Benedicto XVI. Encomendando su alma a la Santísima Virgen María”, concluyen.

Adicionalmente, el Episcopado abrió un libro de condolencias, donde las personas pueden ingresar a escribir mensajes de despedida. Estos serán enviados a la Santa Sede del obispo de Roma, en la Ciudad del Vaticano.