El contralor general Jorge Bermúdez criticó la situación en que está la descentralización en Chile, en especial la implementación de nuevos Gobiernos Regionales, donde, por la falta de herramientas legales, advierte posibilidades de despilfarro fácil y corrupción política, actos delictivos cometidos por funcionarios y autoridades públicas que abusan de su poder e influencian a realizar un mal uso intencional de los recursos.

“El problema en los Gores, si no son apoyados y reforzados institucionalmente, es que, por muchos recursos que se aporten, serán incapaces de usarlos de manera económica, eficaz y eficiente. Hay demasiado ejemplos de esta incapacidad”, sostiene, en un discurso demoledor, con su firma.

“Probablemente porque desde la Contraloría debemos lidiar día a día con las historias de fracaso de la gestión pública es que mi mirada no es la del vaso medio lleno. Al revés, las fiscalizaciones llevadas a cabo los últimos años dan cuenta de una serie de males que adolece la administración del Estado subnacional (regiones) en la gestión de estos recursos”, añadió el contralor general.

“Sin ir más lejos cabría preguntarse, cómo se ha gestionado por algunos Gores el Programa de Entrega de Alimentos tras la crisis económica que causa la pandemia”, acusó.

Jorge Bermúdez fue uno de los presentadores del libro “Más allá de Santiago: Descentralización fiscal en Chile”, que lanzó la tarde del jueves el Centro de Estudios Públicos (CEP), donde alabó las propuestas para la gestión del financiamiento, ejecución presupuestaria, desafíos institucionales de los gobiernos regionales y la fiscalización y control del aparato gubernamental, en especial, fuera de Santiago.

También comentó las capacidades regionales, donde habló de problemas para obtener espacios de educación y de salud acordes a un buen nivel de vida.

“En eso, todas las regiones pierden ante el Gran Santiago”, aseguró enfático.

Demandó que el Estado debe capacitar, y de manera óptima, a todos sus funcionarios en el país, estén donde estén.

Subrayó las deficiencias de bienes y servicios que hay en regiones al compararlas con la capital, las más grandes y las más cercanas, incluidas.

“Falta una política de descentralización funcional y material que, de alguna manera, se equipare con lo que ocurre en países más desarrollados”, dijo.

Promesa no cumplida

El contralor general habló sobre los reglamentos que deben dictarse para hacer ahora, de mejor manera, el trabajo de los Gobiernos Regionales.

“Es aquí donde se avisora un riesgo. El proceso de descentralización política que se vivirá con la elección de los gobernadores regionales, tiene implícita y explícitamente la promesa que los beneficios económicos, sociales y de desarrollo se distribuirán de una manera más equitativa entre las regiones y también al interior de ellas. Si la regulación no se dicta, o si tarda, cosa que no sería raro, otra vez estaríamos en situación de expectativa no cumplida”, dijo.

“Lo que aumentará si cabe la desconfianza de la ciudadanía en sus instituciones, en particular en la clase política”, añadió Bermúdez.

Junto con el contralor, el webinar de la CEP contó con la presencia de la presidenta del Senado, Adriana Muñoz y Rodrigo Galilea, senador y ex intendente de El Maule.

La moderadora de la videoconferencia fue Isabel Aninat, quien es editora de la publicación junto a Ignacio Irarrázaval, Slaven Razmilic y Jorge Rodríguez.

Más adelante, en su alocución el mismo Jorge Bermúdez planteó tres interrogantes en su duro cuestionamiento a gobiernos regionales, en el proceso de descentralización en Chile.

¿Para qué es necesaria la descentralización?

Para responder a esta interrogante, Bermúdez realizó tres planteamientos.

Sobre el primero, señaló que “es necesario hacer una referencia al mandato contenido en el Articulo tercero de la Constitución. Allí se contiene una declaración que es extraordinaria, pero que se pasa por alto”, afirmó.

El fiscalizador hizo referencia a la disposición que señala que “los órganos del Estado promoverán el fortalecimiento de la regionalización del país y el desarrollo equitativo y solidario de las regiones, provincias y comunas del territorio nacional”.

“Probablemente, si pasamos por el cedazo esta norma a la Ley de Presupuesto de cada año, a la Reforma Tributaria, por ejemplo, o incluso a la normativa ambiental o muchas decisiones administrativas o de inversión pública llegaríamos a que pocas veces se ha tenido en vista este deber de promoción del fortalecimiento de las regiones y mucho menos el deber de desarrollo equitativo de los territorios”, agregó el contralor nacional.

Bermúdez aludió al nivel de desarrollo y se preguntó si la descentralización lo aumenta.

“El libro en todos sus capítulos lo responde, el desarrollo de las regiones se logra con un mayor nivel de descentralización”, destacó.

También afirmó que en el texto no se cae en recetas mágicas para lograr el camino a un mejor desarrollo, pero aporta evidencia suficiente como para apoyar este proceso, sin dejar de lado los riesgos.

Inercia centralizadora

Se refirió a los elementos necesarios para lograr la decsentralización, usando como puntapié inicial el mismo libro.

Explicó la existencia de la inercia centralizadora, que da cuenta del traslado de profesionales y técnicos a proyectar su carrera en Santiago.

“Santiago es Chile y si uno no estudia, trabaja o vive en la capital se hipotecan sus posibilidades de desarrollo personal y profesional”, añadió.

“Esto lo puedo decir en mi calidad de jefe nacional de una institución que tiene oficinas en todas las regiones, puedo afirmar que es así. Cuesta demasiado convencer a los profesionales para trasladarse a ciertas regiones y una vez que el funcionario llega al nivel central es prácticamente imposible moverlo a una región”, destacó.

Así, Bermúdez hasta reconoce debilidades propias de su Contraloría en regiones, de las cuales él es responsable.

Las condiciones para la descentralización

Sobre la segunda interrogante, respecto de cuáles deben ser las condiciones para la descentralización, Bermúdez planteó que, en primer lugar, aparecen las capacidades institucionales.

“Así como los conocemos, los Gobiernos Regionales no son capaces de asumir nuevas competencias. No es probable que puedan hacerlo, por mucho que exista el interés político, e incluso los recursos para llevarlas a cabo”, explicó.

comillas
“Los Gores o Gobernadores Regionales, ahora elegidos, de facto se transfomarán en un actor relevante en la discusión de presupuesto, pero, si nada cambia, lo que ocurrirá será un constante aumento del gasto público o una sed insaciable por contar con más recursos por parte de las regiones”.
- Jorge Bermúdez, contralor general

“Lo que ocurre con los Gores, es lo que le ha ocurrido a buena parte del Estado chileno, pero que de manera más aguda se presenta en regiones, lo que denomino como la paradoja del Maestro Cárdenas”, añadió.

Bermúdez ejemplificó con la historia de una persona que de la noche a la mañana se volvió millonario.

“Es uno de los casos más recordados, en que el maestro Cárdenas, que a fines de la década de los setenta obtuvo un premio cercano al millón de dólares en un juego de azar. Luego de vivir la farra de su vida, la inesperada fortuna fue dilapidada, quedando más pobre de lo que era antes del premio. Lo que le ocurrió es el típico caso de una persona que repentinamente se encuentra con algo que no es capaz de gestionar”, dijo.

Y la crítica siguió…

“Algo parecido nos puede estar ocurriendo en el Estado y que de forma más aguda nos puede ocurrir en los Gores. Tal como se señala en el libro, hoy los Gores, con los intendentes a la cabeza, tienen más bien una actitud pasiva y obsecuente con el Gobierno, al momento, por ejemplo, de la discusión presupuestaria”, destacó.

“Los Gores o Gobernadores Regionales, ahora elegidos, de facto se transfomarán en un actor relevante en la discusión de presupuesto, pero, si nada cambia, lo que ocurrirá será un constante aumento del gasto público o una sed insaciable por contar con más recursos por parte de las regiones”, dijo.

Riesgos de una descentralización deficiente

Aseguró que los riesgos de una deficiente descentralización, se podrían agrupar en la ineficiencia del gasto, la descoordinación en las inversiones y también apuntó a un corolario de las dos anteriores, que es el riego de la corrupción.

En ese punto, Bermúdez señaló que “debo hacer presente que el control de la Contraloría General corresponde al tercer nivel o tercera línea de control del gasto público. La primera línea de control es la que debe estar dada por el ejecutor de esos recursos, en particular por parte de los Gobernadores Regionales. Estos apoyados por las unidades de finanzas y por sus unidades jurídicas, que muchas veces son mínimas”.

“El segundo tipo de control está dado por la auditoría interna que en muchos casos es inexistente y en el Estado chileno tiene muy poco desarrollo”, añadió.

“Solo en el tercer nivel, y de manera coordinada, debería operar el control de la Contraloría”, concluyó Bermúdez en una de las exposiciones públicas más claras y detalladas de los beneficios y de los riesgos que vienen con la modernización del Estado y que, ahora, están a la vuelta de la esquina.

Revise aquí el libro “Más allá de Santiago: Descentralización fiscal en Chile”: