Luego que el director general de Carabineros, Mario Rozas, anunciara la suspensión del uso de perdigones como herramientas antidisturbios al estar en duda su verdadera composición, se dio a conocer un informe de la empresa proveedora que advertía de la letalidad del elementos y entregaba recomendaciones para su implementación.

Fue el 15 de septiembre de 2011 que la empresa TEC Harseim, precisó a la institución uniformada que “el disparo debe ser hecho apuntando el arma a las piernas de los infractores, no disparar contra la cabeza y bajo vientre”, dio a conocer El Mostrador.

De igual forma, el documento plateaba que se debía percutar a distancias que no debían ser “inferiores de 20 metros”.

Es más, un informe de Rodrigo Rumié Cabello, de TEC Harseim, precisa que la munición debe ser disparada por “personas legalmente habilitadas y entrenadas. Si se usa de forma inadecuada, puede causar lesiones graves o la muerte“.

De acuerdo a lo informado por Carabineros, el análisis del Laboratorio de Criminalística de la institución estableció diferencias de la composición con la declarada por el proveedor en su ficha técnica.

Debido a ello, se restringió su uso “como una medida extrema y exclusivamente para la legítima defensa cuando haya un peligro inminente de muerte”.

Las cifras del Instituto Nacional de Derechos Humanos dan cuenta que a la fecha hay 222 personas con heridas oculares.