Una acusación por violación en contra del fallecido sacerdote Víctor Calderón, quien murió con enfermedades como SIDA y sífilis en junio de 2012, sacude a la Congregación Provincial Mercedaria de Chile.

En una demanda de indemnización de perjuicios, un trabajador aseguró haber sido violado por el religioso el verano de 2005 en Chimbarongo, en la región de O’Higgins, hecho que denunció en 2012 ante el padre Ramón Villagrán en la iglesia de La Merced de Santiago.

Villagrán, actualmente, es el rector del Colegio San Pedro Nolasco de la capital y es apuntado por el denunciante como encubridor de la agresión sexual, motivo por el cual ingresó la demanda en la que pide $50 millones.

Según el denunciante, Villagrán le comprometió acompañamiento psicológico y económico luego de enviarlo a realizarse exámenes por las enfermedades sexuales del sacerdote Calderón, que eran conocidas por la comunidad.

El denunciante, además, aseguró que la congregación se comprometió a pagarle la deuda de la farmacia, cercana a los $540 mil, y darle una pensión vitalicia de $100 mil con la condición de que no hiciera una denuncia.

Aquello, según relató en el documento legal, dejó de ocurrir después de cinco meses.

Según los Mercedarios dejaron de ayudarlo porque comenzó a pedir cosas como automóviles.

Desde la congregación también indicaron que ya hicieron sus descargos ante la justicia civil.

Anónimos

Hace algunos días, anónimos habrían aparecido en las inmediaciones del recinto educacional acusando a Villagrán de encubridor, lo que el mismo religioso enfrentó en una declaración firmada también por el superior provincial, Mario Salas Becerra, acusando calumnias.

“Efectivamente, por razones de oficio, me ha correspondido como sacerdote atender situaciones difíciles con personas que han sufrido el flagelo del abuso y no con poco dolor al ver que estos han sido cometidos por miembros consagrados de nuestra Iglesia, pero nunca he propiciado, avalado ni favorecido el silencio ni el encubrimiento”, dijo Villagrán en el escrito.

“Todo lo contrario, he tratado siempre de colocarme en disposición de escucha y ayuda en busca de la reparación con la convicción de que la verdad, por dolorosa que sea, es la que ha de primar y gobernar la vida de las personas”, rezó el documento del sacerdote.

“En más de una ocasión también he sido yo mismo quien ha procurado y ayudado a que este tipo de casos se lleve, además de por el cauce canónico, por la justicia civil”, destacó Villagrán.

“Por ello extrañan y duelen imputaciones tan injuriosas cuando, tanto en mi actuar personal, como en lo que hemos avanzado como mercedarios en Chile durante los últimos años, se ha procurado obrar totalmente opuesto a lo que se pretende informar”, lamentó en el comunicado.

“Insisto, no podemos perdernos en llamar pecado a lo que es pecado y delito a lo que es delito; a lo primero misericordia, en lo segundo, justicia”, añadió.

A modo de culminar el comunicado, Villagrán escribió que esas letras las hacía llegar “en la sinceridad de hermano y sacerdote que se confía en la oración y consideración de ustedes”.

“Además, la firma el padre provincial de los Mercedarios en Chile, manifestando de este modo el claro respaldo a lo que en esta misiva se sostiene”, finalizó el escrito.