Michelle Bachelet comenzó a recibir su dieta que le corresponde en su calidad de expresidenta de la República, según datos de Transparencia del Congreso.

Recordemos que la Constitución dispone que los exgobernantes reciben mensualmente poco más de nueve millones de pesos brutos ($9.349.851), monto que -a su vez- corresponde al “sueldo” que perciben los senadores por su labor legislativa.

En su origen, en tanto, los recursos tenían como objetivo asistir a los expresidentes ante la incapacidad de quienes eran abogados, como por ejemplo Patricio Aylwin, para poder ejercer su profesión al haber designado a jueces que luego debían fallar en los casos en que ellos eran parte, lo que podía generar un evidente conflicto y escándalo.

De ahí que se les financien los gastos y servicios a las fundaciones que los exgobernantes crean al salir de La Moneda.

En el caso de Bachelet, la dieta se calcula desde el momento que entregó el cargo, el 11 de marzo pasado, por lo cual el primer monto que recibió llega a más de seis millones de pesos brutos ($6.233.234), pero con los descuentos legales, quedó en $4,8 millones ($4.846.385).

No obstante, el próximo pago debe ser por el total, es decir, los nueve millones de pesos mensuales brutos.

Pero además de esta especie de “jubilación”, la Cámara Alta debe pagar mensualmente a los exmandatarios otros gastos como traslación y gastos de oficina.

En el caso de la traslación se incluye el combustible, pago de peajes y mantención de vehículos, para lo cual cada uno dispone de una cantidad fija de $1,7 millones ($1.733.296).

Mientras que el funcionamiento de oficinas, incluye los gastos por arriendos, pagos a personal, elementos de oficina y cuentas del suministro eléctrico, servicio de telefonía e internet.

Estos últimos gastos se pagan según una rendición de cuentas que mensualmente los exmandatarios deben hacer llegar al Departamento de Finanzas del Senado. De esta forma, los montos van variando, por lo general, debido a la diferencia en los gastos de oficina.

En el caso de Ricardo Lagos, por ejemplo, sus gastos de oficina llegan a poco más de $6,6 millones ($6.653.560), mientras que Frei alcanzó una cifra superior, llegando a los $7,7 millones ($7.798.114). Bachelet, en tanto, sumó poco más de cinco millones de pesos ($5.326.665). Todos montos correspondientes a marzo.

Es importante consignar que estos fondos dejan de ser entregados al ex jefe de Estado si ejerce alguna labor remunerada por fondos públicos, como sucedió en su oportunidad con Eduardo Frei Ruiz-Tagle cuando fue senador por la región de Los Ríos.

Y en el caso de Sebastián Piñera, luego de asumir nuevamente la máxima magistratura, dejó de recibir su dieta, que según el reporte publicado vía Transparencia de febrero de 2018, alcanzó a siete millones de pesos ($7.060.485), mientras que en funcionamiento de oficinas reportó un gasto de ocho millones de pesos ($8.188.256).

Si bien en marzo también recibió parte de la dieta, esta corresponde solamente hasta asumir como presidente nuevamente. De esta forma recibió casi tres millones de pesos ($2.908.255), más los gastos de oficina, que llegaron a los dos millones de pesos ($2.456.601).

Qué sucede en el resto del mundo

En Estados Unidos, por ejemplo, los exmandatarios perciben un sueldo de 205.700 dólares anuales, es decir, poco más de 10,3 millones de pesos chilenos mensuales. Este beneficio también incluye a su cónyuge, que recibe una pensión anual vitalicia de 20 mil dólares al año, casi un millón de pesos chilenos al mes.

Además, tienen cubiertos los gastos de personal y de oficina, junto con la atención médica en hospitales militares o el seguro de salud.

Pero quizá el mejor ejemplo de austeridad lo dan los noruegos, quienes establecieron una indemnización por concluir su mandato, y sólo se puede optar a una pensión si el político ha cumplido 12 años como miembro del parlamento, sin ningún tipo de otro beneficio.

Recordemos que a diferencia de nuestro país, con un sistema presidencialista, en el país nórdico hay una monarquía democrática parlamentaria.

Si influye o no, lo cierto que como dato anecdótico varios organismos internacionales han sido dirigidos por noruegos, como la OMS, el Consejo Europeo y la OTAN.