El Papa experimentó una ligera mejoría en su estado de salud dentro de su “condición crítica” tras diez días hospitalizado debido a una infección polimicrobiana y una neumonía bilateral.
Según indicó el Vaticano en su más reciente boletín, Francisco no ha presentado nuevas crisis respiratorias, el flujo de oxígeno se ha reducido ligeramente y “los exámenes han mejorado”.
“El seguimiento de la insuficiencia renal leve no es motivo de preocupación”, indicó la Santa Sede, agregando que incluso el Sumo Pontífice reanudó algunas de sus tareas en el hospital Gemelli de Roma.
Pronóstico aún reservado
“Las condiciones clínicas del Santo Padre en su estado crítico muestran una ligera mejoría. Tampoco hoy se han producido episodios de crisis asmática respiratoria; algunas pruebas de laboratorio han mejorado”, señaló el Vaticano mediante un comunicado.
“La oxigenoterapia continúa, aunque con un flujo y un porcentaje de oxígeno ligeramente reducidos. Los médicos, en vista de la complejidad del cuadro clínico, son prudentes y aún no dan a conocer el pronóstico”, agregó.
Durante la mañana el Papa recibió la Eucaristía mientras que por la tarde “reanudó su trabajo”.
“Por la noche, llamó al párroco de Gaza para expresarle su cercanía paterna. El Papa Francisco agradece a todo el pueblo de Dios que se ha reunido para rezar por su salud en estos días”, indicó el texto.
Cardenal Müller: “No es momento de pensar en un sucesor”
El cardenal alemán Gherard Ludwig Müller, de 77 años, señaló que “no es el momento de pensar en un sucesor” con el Papa Francisco aún hospitalizado.
En converación con el diario italiano Corriere della Sera, el exprefecto de la Congregación para la doctrina de la Fe dijo que “el Papa está vivo ahora y este es el momento de rezar, no de pensar en quién será su sucesor”.
“Y si hay alguien que piensa en el futuro mientras el Papa está en el hospital, no es bueno, no es bueno en absoluto”, sostuvo.
Müller, conocido por ser uno de los más críticos de Francisco, indicó que “cuando el sucesor de Pedro termina su vida terrena, los cardenales se reúnen, deben hablar entre ellos y discutir sobre el futuro”.
“Ésta es su tarea esencial. Pero anticiparse, mezclarlo todo, preguntarse si el próximo papa será ‘progresista’ o ‘conservador’ es un contratestimonio de nuestra fe”, puntualizó.