El exmagnate del automóvil Carlos Ghosn compareció este miércoles por primera en público desde su huida de Japón y negó las acusaciones de malversación financiera, asegurando que no tuvo más remedio que huir del país por el trato injusto que según él estaba recibiendo.

“Los cargos contra mí no tienen ninguna base”, dijo en una rueda de prensa en Beirut, agregando que el sistema judicial lo consideraba “presunto culpable”.

El expresidente de Renault-Nissan, que llegó a Líbano, su país de origen, el 30 de diciembre, repitió que no huyó de la justicia japonesa.

“Me escapé de la injusticia y la persecución”, aseguró en una rueda de prensa en Beirut, capital de Líbano, y denunció la “connivencia” que hubo, según él, entre Nissan y el fiscal japonés para detenerlo.

La prensa ha ido desvelando en los últimos días detalles de su rocambolesca huida de Japón y ahora espera nuevas revelaciones del exmagnate, de 65 años.

Japón denunció una evasión “injustificable” mientras que el fabricante de automóviles Nissan la calificó de “extremadamente lamentable”.

Las autoridades de Japón y Turquía, donde Ghosn hizo una breve escala en su viaje a Líbano, están investigando el caso. También es objeto de una demanda de arresto de Interpol emitida la semana pasada.

Aunque su lugar de residencia en Líbano sigue siendo desconocido, los periodistas se instalaron frente a un elegante chalé de muros rosas en Beirut, donde solía instalarse.

Ghosn fue detenido en noviembre de 2018 cuando salía de su jet privado en Japón. En abril de 2019 fue liberado bajo fianza tras haber pasado 130 días en prisión.

Desde entonces estaba en arresto domiciliario y no podía salir del país a la espera de un juicio cuya fecha todavía no había sido fijada.

También tenía prohibido estar en contacto con su esposa Carole, objeto de un mandato de arresto de la justicia japonesa.

Ghosn, que tiene nacionalidad francesa, libanesa y brasileña, se enfrenta a cuatro cargos en Japón: dos por ingresos no declarados a las autoridades bursátiles y otros dos por abuso de confianza agravado.

Tanto él como sus familiares y su defensa aseguran desde el principio que es inocente y dice ser víctima de un “complot” de Nissan para hacerle caer, con la complicidad de las autoridades japonesas, según él porque estaba preparando la fusión de Renault y Nissan.

En Japón la fiscalía intentó el miércoles registrar las oficinas de uno de sus abogados, Junichiro Hironaka, y requisar varios ordenadores pero les rechazaron la entrada por la “confidencialidad entre un abogado y su cliente”.

Carole Ghosn “no sabía nada”

Carole Ghosn, desde el martes bajo un mandato de arresto de la fiscalía de Tokio por falso testimonio, aseguró que “no sabía nada” de la huida de su marido.

“Estaba en Beirut con mis hijos para celebrar la Navidad, alguien me llamó para decirme: ‘tengo una sorpresa par ti’. Fue la más bonita de todo mi vida”
, explicó al periódico Le Parisien.

“Irse era la única opción posible porque veía como aplazaban indefinidamente su juicio y le mantenían en condiciones de privación de libertad que querían deshumanizarlo”, añadió

Según la prensa japonesa, Ghosn huyó tomando un avión privado en el aeropuerto internacional de Kansai, cerca de Osaka, junto a otras dos personas de nacionalidad estadounidense.

Luego habría logrado eludir los controles escondido en una gran maleta metálica como las que se usan en los conciertos para transportar material.

Tras una escala en Estambul para cambiar de avión aterrizó el lunes 30 de diciembre en Líbano, donde entró gracias un pasaporte francés.

Líbano, que no tiene acuerdo de extradición con Japón, recibió una demanda de arresto de Interpol. Ghosn podría comparecer ante la fiscalía, como marca el procedimiento, indicó a la AFP una fuente judicial.