El documento, titulado "Anatomía de un genocidio", también condena el uso de "camuflaje humanitario" por parte de Israel para cometer estos abusos con supuestas justificaciones en el derecho humanitario internacional para dar base a su ofensiva en Gaza.

Un informe de la relatora de la ONU para los Territorios Palestinos, Francesca Albanese, que el martes 26 se presentará ante el Consejo de los Derechos Humanos de la ONU, concluye que hay “motivos razonables” para concluir que Israel está cometiendo un genocidio deliberado en la franja palestina de Gaza.

El documento de 25 páginas publicado este lunes concluye, tras analizar los patrones de violencia y las políticas de Israel en su ataque a Gaza, que Israel comete de forma intencionada al menos tres “actos genocidas” definidos como tales por la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de 1948.

Estos serían el “asesinato de miembros de un grupo”, con más de 30.000 palestinos muertos en cinco meses de conflicto, “daños graves físicos o mentales a miembros de un grupo”, y “provocar en un grupo deliberadamente condiciones calculadas para su destrucción física parcial o completa”.

Los daños físicos y mentales graves estarían probados, entre otras evidencias, por los más de 70.000 palestinos heridos en el conflicto, o por provocar deliberadamente escasez de suministros médicos que en los casos más dramáticos han obligado a practicar amputaciones sin anestesia.

La generación de condiciones de vida para la “destrucción física” de los palestinos, defiende el informe de Albanese, estaría probada con la destrucción del 77 % de las instalaciones sanitarias en la franja, el 68 % de la infraestructura de telecomunicaciones o el 60 % de los hogares e instituciones educativas, incluidas todas las universidades.

Lógica “genocida” y proyecto colonial

“De manera más amplia, las acciones de Israel están impulsadas por una lógica genocida esencial para su proyecto colonial en Palestina”, subraya el informe de la experta italiana, que recuerda también la existencia de “prácticas tendentes a la limpieza étnica de palestinos” en el periodo 1947-1949 y en 1967.

El carácter deliberado de las acciones israelíes que podrían constituir genocidio en los cinco meses de conflicto está probado, según el informe, por hechos como la retórica de altos cargos israelíes.

Lo anterior, a menudo con eco en líderes religiosos, periodistas, artistas, comentaristas políticos y otros actores.

Cita en este sentido el informe declaraciones como la del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, refiriéndose a los palestinos como “monstruos”, del presidente Isaac Herzog culpando a toda la nación palestina de los ataques terroristas del 7 de octubre, o del ministro de Defensa, Yoav Gallant, calificando al pueblo de Palestina como “animales humanos”.

“Llamadas a una violencia aniquiladora son dirigidas a tropas en servicio, lo que supone una clara evidencia de incitación directa y pública para cometer genocidio”, subraya el informe.

Albanese pone como ejemplos el argumento israelí de que Hamás utiliza a toda la población gazatí como escudo humano, su estrategia de vincular con ese grupo armado todo tipo de instalaciones o considerar toda la franja en su conjunto un “objetivo militar”.

El informe incluye datos como el de que en cinco meses de campaña militar Israel ha empleado 25.000 toneladas de explosivos contra Gaza, equivalentes a dos bombas nucleares.

Embargo, investigación y reconstrucción

A la vista de sus conclusiones, el informe de la relatora de Naciones Unidas pedirá al Consejo de Derechos Humanos un embargo inmediato de armas a Israel, y avanzar hacia una investigación independiente de las violaciones de derechos humanos en Gaza.

También urgirá a tomar medidas para garantizar la reparación de la franja, incluyendo el pago total por parte de Israel y “Estados cómplices” de la reconstrucción de Gaza, y el despliegue de “presencia protectora internacional” en ese territorio palestino para evitar que prosiga la violencia contra la población.

El informe se publicará exactamente dos meses después de que la Corte Internacional de Justicia (CIJ), el tribunal de la ONU en La Haya, pidiera a Israel en un dictamen preliminar que tomara todas las medidas necesarias para evitar un genocidio en Gaza, aunque todavía no determinó si tal genocidio existe o no en la franja, ya que tal conclusión podría tomar años de proceso.