Israel abrió un nuevo cruce fronterizo, permitiendo que entre más ayuda humanitaria a Gaza. Sin embargo, organismos siguen advirtiendo que la ayuda es insuficiente, en medio de lo que la ONU llama una "catástrofe humanitaria".

En los más de dos meses de bombardeos devastadores en la Franja de Gaza, llevados a cabo por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), en represalia por los ataques terroristas perpetrados por la organización radical islamista Hamás el 7 de octubre pasado, la situación en Gaza se ha deteriorado gravemente.

Los ataques aéreos israelíes han devastado la mayor parte de la infraestructura del territorio y provocaron más hambre y una falta de vivienda generalizada.

Gaza
DW

Al menos 19.000 personas han muerto en Gaza desde el inicio de la ofensiva militar de Israel. Esas son cifras del Ministerio de Salud de Gaza, liderado por Hamás, organización considerada terrorista por Alemania, Estados Unidos, la Unión Europea y otros países.

Más de dos tercios de los 2,3 millones de habitantes de Gaza han sido desplazados en las últimas ocho semanas, y la ONU y otras organizaciones internacionales han reportado que hay obstáculos sustanciales para entregar ayuda a quienes la necesitan.

El martes el ministro británico de Exteriores, David Cameron, se reúnió con líderes franceses e italianos para abogar por lo que describió como “una mayor coordinación entre los aliados europeos para garantizar que la ayuda vital pueda llegar a Gaza para aliviar el sufrimiento del pueblo palestino”.

¿Cuánta ayuda está llegando a Gaza?

Luego de los ataques de Hamás, el 7 de octubre, Israel impuso un bloqueo “total” de Gaza, limitando aún más el ya precario abastecimiento de agua, alimentos, electricidad y combustible en el territorio. La población de Gaza ha dependido en gran medida de la ayuda internacional desde 2007, cuando Israel y Egipto comenzaron a restringir el acceso al territorio palestino, después de que Hamás obtuviera el control allí.

A comienzos de noviembre de 2023, se permitió la llegada de cierta cantidad de ayuda humanitaria desde el paso de Rafah, en la frontera con Egipto. Pero organizaciones humanitarias insistieron repetidamente que esa ayuda no era ni de ningún modo suficiente para paliar el sufrimiento de la población civil en Gaza.

El 17 de diciembre, Israel abrió el cruce sureño de Kerem Shalom, entre Israel y Gaza para el paso de camiones con bienes humanitarios, por primera vez desde los ataques del 7 de octubre, mientras las FDI escribían en X que el objetivo era “duplicar la cantidad” de alimentos y medicinas que llegaban a los gazatíes.

La semana pasada, el Gobierno israelí se comprometió a transferir “200 camiones de carga por día con alimentos y ayuda humanitaria”, según los términos de un acuerdo sobre rehenes alcanzado en noviembre.

Durante un alto al fuego de una semana, a finales de noviembre, alrededor de 200 camiones de ayuda cruzaban Rafah cada día, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA, por sus siglas en inglés).

El 12 de diciembre, la OCHA informó que llegaban alrededor de 100 camiones con suministros humanitarios por día desde Egipto desde que se reanudaron las hostilidades, el 1 de diciembre. Pero los expertos en ayuda humanitaria dicen que esa cifra aún está muy por debajo de lo necesario.

“Lo que necesitamos hoy no son sólo 100 o 200 camiones”, dijo Philippe Lazzarini, director de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, en una conferencia de prensa a mediados de diciembre.

“Necesitamos un flujo significativo, a gran escala, ininterrumpido e incondicional de productos básicos hacia la Franja de Gaza. Esa es la única manera de revertir el impacto negativo del asedio”.

Antes del 7 de octubre, un promedio de 500 camiones de carga, incluyendo combustible y bienes del sector privado, entraban a Gaza cada día laborable, según la OCHA.

Miedo a la muerte por inanición

Recientemente, videos posteados en redes sociales y compartidos por varios medios de comunicación mostraban a decenas de palestinos rodeando camiones que transportaban agua y suministros. Algunos de los camiones se detenían, mientras la gente se subía a ellos, bajaban cajas de comida y agua y se las llevaban, o se las pasaban a la gente que se encontraba cerca.

Según los informes, aproximadamente la mitad de los habitantes de Gaza están sufriendo una hambruna, sin saber si tendrán una próxima comida, dijo el 14 de diciembre Carl Skau, subdirector del Programa Mundial de Alimentos de la ONU.

Además de la escasez de alimentos, combustible y agua, muchos de los edificios gazatíes han sido demolidos o dañados gravemente, dejando a cientos de miles de personas desplazadas, que ahora buscan refugio en condiciones miserables y de hacinamiento.

De acuerdo con informes de medios de principios de diciembre, alrededor de 100.000 edificios, incluidos hospitales, resultaron dañados por los ataques aéreos. La oficina de medios de Hamás afirma que al menos el 61 por ciento de los hogares de Gaza han sido demolidos.

Funcionarios de la ONU han denunciado el estado de los hospitales de Gaza, la mayoría de los cuales ya no funcionan. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), apenas 12 de los 36 hospitales del enclave están abiertos actualmente, y la mayoría de ellos solo de manera parcial.

La OMS también ha informado de un aumento de enfermedades, como diarrea, varicela, meningitis y otras enfermedades infecciosas, debido, en parte, a la falta de artículos de primera necesidad.

“No tienen ni siquiera lo más básico. Uno de mis colegas describió a personas que yacían en el suelo con un dolor intenso, en agonía, pero no pedían alivio para el dolor. Pedían agua”, dijo la portavoz de la OMS, Margaret Harris.

Los apagones hacen que la coordinación de la ayuda sea casi “imposible”

Las interrupciones periódicas en las redes telefónicas y las conexiones de internet también han provocado que las organizaciones de ayuda ya no sean capaces de coordinar la entrega de asistencia a Gaza, algo que ya representaba un desafío por la falta de combustible.

“Los apagones hacen casi imposible coordinar con los socios y contactar al personal para ayudarlos a encontrar una relativa seguridad, asistencia y servicios básicos”, explicó la ONG internacional Save the Children.