El gobierno palestino acusó a Israel de atacar a niños "con el objetivo de matarlos", luego de la muerte de un niño de 12 años por heridas de fuego israelí en Cisjordania.
Un niño palestino de 12 años murió este lunes por las heridas que sufrió hace dos semanas por disparos del Ejército israelí durante una incursión militar en Yenín, en el norte de Cisjordania ocupada, informó el gobierno palestino al denunciar que Israel ataca a niños “con el objetivo de matarlos”.
“El niño Mahmoud Muhamad Jalil Samoudi, de 12 años, sucumbió a las graves heridas que sufrió en el abdomen hace unos días”, indica un comunicado del Ministerio palestino de Sanidad.
Por su parte, el Ministerio palestino de Asuntos Exteriores condenó “en los términos más enérgicos el crimen de ejecución del niño (…) a consecuencia de haber sido gravemente herido el 28 de septiembre por las fuerzas de ocupación israelíes, durante su incursión en el campamento y la ciudad de Yenín”.
Esa redada se saldó con un total de cuatro palestinos muertos y 44 heridos, según la agencia palestina oficial de noticias WAFA.
“Israel está atacando a niños y menores palestinos con el objetivo de matarlos y mutilarlos, privándolos así de su derecho a la vida”, aseguró el Ministerio de Exteriores, que hizo “un llamado al secretario general de Naciones Unidas para activar rápidamente el sistema de protección internacional”.
En lo que va del año, al menos 20 menores palestinos han muerto y 744 han sido heridos en Cisjordania ocupada en el marco del conflicto israelí-palestino, según las últimas cifras disponibles de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
El 29 de septiembre, un niño palestino de 7 años murió por un ataque al corazón que, según denunció su familia, fue fruto del miedo que tuvo ante la presencia de soldados israelíes en su aldea. El Ejército de Israel, sin embargo, concluyó que sus tropas no estuvieron implicadas en la muerte del niño.
Con la muerte de Samoudi, el número de palestinos muertos en incidentes violentos o enfrentamientos armados con fuerzas de seguridad israelíes y colonos en Cisjordania ocupada, incluido Jerusalén este, se eleva a 115 desde enero, según el recuento del Ministerio de Sanidad palestino, lo que convierte 2022 en el año más sangriento desde la “Intifada de los cuchillos” de 2015.
El fin de semana pasado, una soldado israelí de 18 años y cuatro adolescentes palestinos murieron en enfrentamientos en Cisjordania.
Dos de esos adolescentes palestinos eran miembros de las Brigadas Al Quds, brazo armado de la Yihad Islámica y con particular presencia en el campo de refugiados de Yenín, bastión del movimiento miliciano palestino y epicentro de la mayoría de las violentas redadas del Ejército israelí.
Las fuerzas de Israel intensificaron hace siete meses sus redadas y “operaciones antiterrorismo” en Cisjordania como respuesta a una ola de cinco ataques entre marzo y abril en suelo israelí en los que murieron 18 personas -incluidos dos policías-, lo que ha provocado a su vez un aumento de las agresiones violentas de jóvenes palestinos armados, sobre todo en Yenín y Nablus. Tres soldados israelíes han fallecido en confrontaciones posteriores.
Por otro lado, unos 2.000 palestinos han sido detenidos desde principios de año como “sospechosos de terrorismo”.