El Ejército de Israel derribó hoy en Cisjordania ocupada la casa familiar de un palestino acusado de matar a un israelí en un ataque el pasado mayo.

La medida de represalia llevó a la Embajada de Estados Unidos en Jerusalén a reaccionar con una inusual crítica pública.

Esta madrugada, “tropas del Ejército demolieron la residencia” de Muntaser Shalabi, en el pueblo de Turmus Aya.

Así lo informó un portavoz militar en un comunicado. Según la prensa local, en la casa vivían la esposa y tres hijos del acusado.

La familia de este palestino -acusado de matar a un israelí de 19 años-presentó un recurso para evitar la demolición, pero la corte rechazó la petición.

Durante el derribo hubo choques con grupos de palestinos del área, que “arrojaron piedras y fuegos artificiales” contra las tropas.

Demolición de casas

Israel mantiene que la práctica de demoler casas de atacantes es un método efectivo para desalentar futuros ataques. Esta medida es criticada por grupos de derechos humanos que consideran que se trata de una forma de castigo colectivo.

La demolición de hoy generó también críticas de la embajada de Estados Unidos en Israel. Se consideró que “la casa de una familia entera no debe ser demolida por las acciones de una sola persona”.

“Es fundamental que se abstengan de dar pasos unilaterales y socaven los esfuerzos para una solución negociada de dos Estados”, alegó la legación diplomática en un comunicado.

El Gobierno del demócrata Joe Biden intenta reconstruir la relación con los palestinos tras años de asperezas.

Biden retomó las posiciones tradicionales de EEUU sobre el conflicto palestino-israelí. Es más reacio a la expansión colonial de Israel sobre territorio palestino ocupado y busca promover la solución clásica de dos Estados.