Estados Unidos enviará refuerzos temporales a Afganistán para proteger la anunciada retirada de las fuerzas de la coalición internacional, dijo el jueves el comandante de las fuerzas estadounidenses en Medio Oriente, el general Kenneth McKenzie.

“Enviaremos recursos adicionales para proteger a las tropas en su retirada”, dijo sin dar más detalles el general McKenzie, jefe del Mando Central del ejército estadounidense (Centcom), ante una comisión del Senado de Estados Unidos.

Unos 2.500 soldados estadounidenses, además de más de 16.000 contratistas civiles y sus equipos, deben ser evacuados del país. A esto se suman unos 7.000 soldados de la OTAN, que dependen de los militares estadounidenses para el transporte de tropas y equipos.

Se trata de una enorme y delicada operación logística que requiere de al menos tres meses para que los militares la completen de forma ordenada y segura.

Por otro lado, el general McKenzie cuestionó la capacidad del ejército afgano para resistir a los talibanes, a pesar de los miles de millones invertidos por Estados Unidos en la última década para entrenarlo y equiparlo.

“La inteligencia, el apoyo de fuego, es lo que les da una ventaja sobre los talibanes. Y todo eso desaparecerá”, explicó McKenzie, al expresar su preocupación sobre “la capacidad de la Fuerza Aérea Afgana para volar” sin apoyo.

Negándose a hablar de derrota frente a los insurgentes afganos, el general estadounidense reconoció, sin embargo, que los talibanes eran hoy más numerosos que en 2011, estimando sus filas en 50.000 combatientes.

También admitió que los insurgentes controlan hoy más territorio afgano que hace 10 años.