Nicolás Zepeda admitió haber mentido en el primer juicio por el presunto asesinato de su expareja Narumi Kurosaki, indicando que en diciembre de 2016 llegó a Francia para ver a la joven y no por motivos puramente académicos, como había dicho originalmente.

En una nueva jornada de su juicio de apelación, que comenzó el lunes y se extenderá hasta el 22 de diciembre, el joven afirmó: “a veces mentí. Lo lamento mucho”. Esto, en relación al primer juicio, en el cual terminó siendo condenado a 28 años de cárcel.

En el Palacio de Justicia de Vesoul, Francia, el chileno aseveró que tras terminar su relación con Narumi, viajó al país europeo para verla, cambiando su testimonio inicial, en el que había dicho que viajó por razones académicas.

“¿Por qué quería volver a ver a Narumi?”, le preguntó el presidente del Tribunal, François Arnaud, según consigna el medio francés L’Est Républicain.

“Quería que todo fuera bien. Una continuación más constructiva de nuestra amistad… quería tener respuestas a las preguntas”, mencionó.

Cuando Arnaud le indicó que “nunca admitió inicialmente que el motivo de su viaje era volver a ver a Narumi”, Zepeda replicó “absolutamente”, tras lo cual Arnaud le preguntó por qué no había proporcionado esta información anteriormente.

“Creo que me daba un poco de vergüenza intentarlo y quería seguir intentándolo”, sostuvo Nicolás. Tras una pausa de un par de segundos, continuó: “Estaba muy asustado”.

“Vi lo que queríamos hacer con esta información, vi que queríamos construir una historia que no era cierta. Tenía miedo de que lo usaran en mi contra. Hubiera sido más fácil decirlo, hoy lo veo más claro”, puntualizó.

“Estoy aquí para poner todo sobre la mesa para ustedes”, aseveró Zepeda, quien insiste en su inocencia.

Según la investigación, la noche del 4 de diciembre de 2016 Zepeda y Kurosaki cenaron y posteriormente entraron en la residencia de estudiantes en donde vivía la japonesa en la localidad francesa de Besançon. No obstante, Nicolás salió solo del lugar.

De acuerdo a la versión de varios estudiantes, esa noche se escucharon gritos y golpes desde la habitación de Narumi. Pese a esto, nadie llamó a la policía.

Se sabe, además, que antes de la desaparición de la joven, Zepeda compró un bidón con cinco litros de combustible y fósforos, además de arrendar un vehículo.

Desde entonces, nunca más se supo de la joven.