La misa en Marsella será la primera de un pontífice en Francia desde la celebrada por Juan Pablo II en la explanada de Notre Dame en París, en 1980.

¿Transgrede Emmanuel Macron el laicismo de la república al asistir a la misa del papa Francisco en Marsella? Es la crítica que se puede escuchar en estos días desde la izquierda francesa.

Macron “se burla del laicismo y pisotea sus principios, la separación de Iglesia y Estado y la neutralidad del Estado respecto a las religiones”, escribió el miércoles el diputado izquierdista Bastien Lachaud, en la red social X (ex-Twitter).

“No corresponde necesariamente al Presidente de la República asistir a misa” en una “república laica”, reaccionó el jueves el dirigente comunista Fabien Roussel.

Ante las críticas, el jefe de Estado francés rechazó la controversia.

“No iré como católico, iré como Presidente de la República, que es efectivamente laica”, declaró el mandatario. “Yo mismo no practicaré ninguna religión durante esta misa”, añadió.

Un día antes, la Presidencia francesa ya había intentado sofocar la polémica. La separación entre la Iglesia y Estado no excluye que se mantengan relaciones con “todos los cultos”, indicaron, precisando que Macron no participará en la “eucaristía” y subrayaron que se trata de un acontecimiento “popular” y “festivo”.

“El Estado es neutral. Los servicios públicos son neutrales, y también estamos protegiendo las escuelas, como reiteramos al comienzo del nuevo curso escolar”, dijo Macron, en referencia a la prohibición de la abaya, un vestido holgado que llevan las mujeres musulmanas, en las escuelas.

Cita previa de Macron con el papa

El mandatario de 45 años también tiene previsto un encuentro privado con el papa antes de la ceremonia religiosa.

El pontífice argentino ha reiterado que su visita a Marsella el 22 y 23 de septiembre, centrada en la cuestión migratoria, no es una visita de Estado. Uno de los momentos más importantes será la misa ante 60.000 personas en el estadio Velódromo.

La misa en Marsella será la primera de un pontífice desde la celebrada en 1980 por Juan Pablo II en la explanada de Notre Dame en París, en presencia del entonces presidente francés, Valéry Giscard d’Estaing.

En junio de 2017, poco después de su primera elección, Emmanuel Macron asistió al iftar anual (cena de ruptura del ayuno) del Consejo Francés del Culto Musulmán (CFCM), el órgano representativo de la segunda religión más grande del país.