Los ocupantes rusos hablan de una participación récord, los observadores ucranianos, de fraude. Los residentes cuentan a nuestro medio asociado, la Deutsche Welle, sus impresiones sobre los referéndums en las regiones ocupadas por Rusia.

Los ocupantes rusos permitieron que la gente “votara” en las calles, en centros electorales improvisados ​​y en visitas domiciliarias. Así lo reportan los residentes de Lugansk, Donetsk, Zaporiyia y Jersón, regiones ucranianas que están parcialmente ocupadas por Rusia.

A partir del 23 de septiembre se llevaron a cabo “seudorreferendos” sobre la anexión de estas regiones a Rusia. Negarse a participar en el “voto” forzado representaba una amenaza para la vida, dicen los residentes, porque los representantes de los llamados “comités electorales” aparecieron acompañados de militares armados.

“Dos mujeres y tres soldados rusos con armas me preguntaron si votaría. Cuando les pregunté si tenía otra opción, se quedaron callados. Tuve que marcar con una cruz donde apuntaban con el cañón del arma”, relata una mujer que estaba en un pueblo cerca de Melitopol, en Zaporiyia.

Los ocupantes recopilan datos sobre los residentes

“Están creando bases de datos porque incluso después de seis meses de ocupación tienen poca información sobre quién está en los territorios ocupados”, advierte Oleksiy Kozhel, jefe de la Asociación de Votantes de Ucrania.

Según él, los ocupantes también recopilaron datos durante los “seudorreferendos” simulados para saber quién tenía una postura proucraniana, qué idioma hablaba la gente y qué hombres están en edad militar.

También señala que la población no apoya a los ocupantes y por eso fracasó la distribución de pasaportes rusos y la introducción del rublo en los territorios ocupados.

Participación “alta” en ciudades vacías

Después de solo tres de los cinco días de la “votación”, Donetsk y Lugansk registraron una participación récord de hasta 87%.

“Estos informes son poco realistas porque la mayoría de los residentes hace mucho tiempo que abandonaron los territorios ocupados”, escribió en Telegram el jefe de la administración militar de Lugansk, Serhiy Hajday.

Asimismo, los ocupantes incluso reportaron una participación de casi 50% en ciudades destruidas y casi completamente desiertas del este de Ucrania, como Lisichansk, Severodonetsk y Rubishne.

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“A partir de las 8 a.m. se tocaron canciones soviéticas en los llamados centros electorales y los organizadores esperaron a los votantes con soldados rusos. Pero ni los votantes llegaron ni se formaron colas. A las 10 a.m. se cerraron las mesas y se visitó a la gente en sus casas. Pero nadie abrió la puerta”, dice Hanna, que reporta desde Jersón cómo fue la jornada.

Los ocupantes tampoco lograron atraer a la gente para que “votara” al ofrecerles ayuda, como dinero y paquetes de comida. “Solo vinieron personas mayores de 70 años que desean el regreso de la Unión Soviética”, señala Hanna.

Los seudorreferendos pretenden aislar a los residentes

Según la Asociación de Votantes de Ucrania y la organización no gubernamental ucraniana Opora, los ocupantes rusos solo utilizaron listas para los seudorreferendos que contenían personas que aceptaron voluntariamente la ayuda rusa, recogieron sus pensiones en persona en la oficina de correos o pagaron impuestos locales como empresarios. También se utilizaron listas de votantes sustraídas de archivos.

La directora de Opora, Olha Aivazovska, destaca que Rusia llevó a cabo un fraude en los territorios ocupados de Ucrania.

“No se puede hablar de una expresión de voluntad libre y legal. Rusia quiere chantajear a los socios occidentales de Ucrania con el seudorreferendo a punta de pistola”, dice Aivazowska.

Además, cree que los primeros en sufrir las consecuencias de estos “comicios” serán las personas de los territorios ocupados. Rusia los aislará por completo y llevará a cabo una movilización total. Se les impondrán pasaportes rusos y se intensificará aún más el terror en contra de ellos.