El presidente centrista Emmanuel Macron enfrenta señales de alarma sobre una posible pérdida de su mayoría absoluta de diputados tras las elecciones legislativas, cuya campaña no acaba de despegar a nueve días de la primera vuelta.

Macron se convirtió el 24 de abril en el primer jefe de Estado francés en ser reelegido para un segundo mandato desde 2002, con un 58,55% de votos frente a la ultraderechista Marine Le Pen, pero la aplicación de su programa depende de los comicios legislativos.

En los últimos días, dos sondeos proyectan por primera vez que la coalición del líder liberal podría perder la mayoría absoluta que goza desde 2017 en la Asamblea (cámara baja), aunque sería el primer grupo en número de diputados.

La encuesta de Elabe, publicada el miércoles, da a su alianza entre 275 y 315 diputados, seguida por el frente de izquierdas de Jean-Luc Mélenchon (155-180) y la ultraderecha de Le Pen (35-65). La mayoría absoluta está en 289 legisladores.

“Nos lo tomamos en serio, porque tanto en los medios como en los sondeos Jean-Luc Mélenchon es el único que existe actualmente más allá de la mayoría presidencial”, explicó el jueves en France 2 Aurore Bergé, del partido oficialista.

El veterano izquierdista de 70 años obtuvo casi un 22% de votos en la primera vuelta de la elección presidencial de abril y, aunque no pasó al balotaje, logró darle un impulso a su espacio político y un frente unido en las legislativas.

“Nuestras posibilidades de ganar son muy altas”, dijo Mélenchon el miércoles durante un mitin en París, que busca aprovechar que una mayoría de los franceses quiere que el actual presidente pierda su mayoría absoluta.

Mayoría favorable a la cohabitación

Su reelección se produjo en un contexto de preocupación por el alza de precios vinculada a la guerra en Ucrania y para evitar la llegada al poder de la extrema derecha, más que como una adhesión generalizada a su programa.

Según un sondeo BVA publicado este viernes, casi dos tercios de los electores quiere una cohabitación en Francia. La última fue de 1997 a 2002, cuando el presidente conservador Jacques Chirac nombró primer ministro al socialista Lionel Jospin.

Desde la elección presidencial, que confirmó un panorama político dividido en tres bloques -izquierda radical, centro y extrema derecha-, Macron multiplicó los guiños hacia la izquierda moderada para intentar atraerla.

Su nueva primera ministra, Élisabeth Borne, viene así del centro-izquierda del oficialismo y el nombramiento del historiador especialista de las minorías Pap Ndiaye como ministro de Educación continuó en esa línea.

Ndiaye “encarna (…) lo que queremos hacer, es decir, hasta qué punto la escuela de la República permite construir la igualdad de oportunidades”, dijo Macron el jueves durante una visita a Marsella (sur).

Sus pocos viajes se centraron en temas predilectos de la izquierda, como la salud y la educación, dejando en segundo plano su impopular reforma de las pensiones que Olivia Grégoire, vocera del gobierno, calificó de “indispensable”.

“No hay campaña”

Aunque ahora busca retomar el impulso para afianzar su mayoría absoluta, el jefe de Estado mantuvo en suspenso la campaña electoral al retrasar el nombramiento de su nuevo gobierno, que desveló finalmente el 20 de mayo.

“No hay campaña realmente (…) Los franceses sólo tienen la sensación de que todo se dijo en la elección presidencial”, dijo a la radio France Inter, Brice Teinturier, politólogo de Ipsos France.

Según el sondeo de BVA, un 61% de encuestados reconoce no seguir “para nada” la campaña y un 40% confiesa no conocer el nombre del diputado de su circunscripción. La elección es mediante un sistema uninominal a dos vueltas.

Con alrededor un 25% de intención de voto, el oficialismo podría no obstante renovar su mayoría absoluta, como señala Mathieu Gallard, de Ipsos, advirtiendo del riesgo en un contexto de fuerte abstención.

Este escenario “debe dar que pensar y no es muy saludable”, tuiteó Gallard. El primer mandato de Macron estuvo de hecho marcado por las protestas contra su política hacia las clases populares, un descontento que sigue patente.

La votación ya empezó de forma electrónica para los franceses en el exterior que tienen hasta el domingo para votar por sus candidatos. En Francia, la primera vuelta será el 12 de abril y la segunda una semana después.