La oposición de derecha y la izquierda radical votaron juntas el miércoles en el Parlamento portugués para rechazar el proyecto de presupuesto para 2022 del gobierno socialista, lo que allanó el camino para convocar elecciones legislativas anticipadas.

El primer ministro, Antonio Costa, en el poder desde 2015 gracias al apoyo de formaciones antiliberales, descartó dimitir pero el presidente Marcelo Rebelo de Sousa advirtió que usaría su poder de disolución en caso de bloqueo de la ley de presupuesto.

El Parlamento de Portugal rechazó hoy el Presupuesto para 2022 presentado por el Gobierno del socialista António Costa, que está en minoría en la Cámara, y abrió la puerta a las elecciones anticipadas.

Las cuentas sólo recibieron el respaldo de los diputados socialistas y cinco abstenciones, mientras que toda la derecha y los antiguos socios del Ejecutivo, el Bloco de Esquerda y los comunistas, votaron en contra.

Con el rechazo del Presupuesto, por primera vez en la historia democrática de Portugal, los pasos a seguir dependen ahora del presidente del país, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, que ya había avisado de que si las cuentas no prosperaban disolvería el Parlamento y convocaría elecciones anticipadas.

En su discurso previo a la votación, Costa ya asumió que el país se encamina hacia el adelanto electoral y pidió una mayoría estable para la próxima legislatura.

“Confío en que mi frustración” y la “frustración” de los electores de la izquierda “se pueda convertir en una mayoría reforzada, estable y duradera en una próxima sesión legislativa”, dijo el primer ministro, que admitió que le da “pena” el “cierre prematuro”.

Costa aseguró que el Gobierno sale “con la conciencia tranquila y cabeza alta” y que garantizarán la gobernación del país durante la crisis.

“Hice todo lo que estaba a mi alcance para asegurar la viabilidad de este presupuesto, sin aceptar lo que en conciencia considero que el país no podría soportar”, dijo Costa ante el Parlamento.

Y aseguró que para él un voto contra de la izquierda es una “derrota personal”.

El Gobierno, dijo, está disponible para hacer lo que Rebelo de Sousa crea conveniente: “Le cabe al presidente evaluar la situación y tomar las decisiones que entienda que debe tomar”.