Tres oenegés anunciaron este lunes una denuncia en Rusia contra mercenarios de la organización Wagner por el asesinato de un sirio en 2017, con la esperanza de llamar la atención sobre este grupo con turbios vínculos con el Kremlin.

La denuncia por un posible “crimen de guerra”, que probablemente no irá a juicio en Rusia, se produce en el décimo aniversario del conflicto sirio, en el que Rusia intervino en 2015 para apoyar al presidente Bashar Al Asad.

En Europa ya se presentaron varias demandas contras altos funcionarios sirios acusados de tortura.

En un comunicado, las tres oenegés -el Centro Sirio para los Medios de Comunicación y la Libertad de Expresión (SCM), la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) y el Centro Memorial de Derechos Humanos de Rusia-, afirman haber identificado y “aportado pruebas” de que los hombres de Wagner torturaron y decapitaron a un supuesto desertor del ejército sirio en 2017.

“Este procedimiento es el primer intento por parte de la familia de una víctima siria de exigir responsabilidades a sospechosos rusos”, señalaron las oenegés, que quieren llamar la atención sobre los abusos de Wagner.

“La denuncia es importante porque no nos enfrentamos a un solo delito, sino a toda una cadena de impunidad”, dijo a la Agence France-Presse un responsable de Memorial, Alexander Cherkasov.

La denuncia fue enviada al Comité de Investigación, el órgano ruso encargado de las principales investigaciones penales, que ahora debe examinarla y decidir si inicia un proceso penal.

Preguntado al respecto, el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov declinó hacer comentarios.

El vídeo del asesinato fue revelado ya en 2018 por el periódico independiente Novaya Gazeta. Muestra a hombres hablando ruso que golpean a su víctima con un martillo y luego la descuartizan, para finalmente rociarla con gasolina y prenderle fuego mientras su cabeza cuelga de un poste.

Fue en nombre de la familia del hombre, Mohamad A., que se presentó la denuncia.

“Impunidad”

El grupo Wagner, aparecido por primera vez en Ucrania, no tiene existencia legal en Rusia, donde las empresas militares privadas están prohibidas.

Pero la presencia del grupo se ha documentado en Siria, en Libia junto a las fuerzas del mariscal Jalifa Haftar o como “instructores” en la República Centroafricana y en otros lugares.

Aunque se tardó seis meses en constituir el caso, es poco probable que tenga éxito dada la reticencia de la justicia rusa a investigar los crímenes de sus militares.

“Por desgracia, tenemos una gran experiencia negativa con este tipo de casos en Rusia”, dijo Cherkasov, cuya organización Memorial, en el punto de mira del gobierno, ya denunció los crímenes cometidos por las fuerzas rusas en Chechenia.

Ilia Novikov, uno de los abogados de los demandantes, insiste en que la legislación rusa obliga a Moscú a investigar los delitos cometidos por sus ciudadanos en el extranjero.

Pero “el Comité de Investigación no ha iniciado labor alguna sobre el crimen en cuestión” a pesar de que tenía la información desde hace un año, dijo Novikov, citado en el comunicado.

Una primera denuncia fue presentada en 2020 por Novaya Gazeta, que identificó a un hombre en el vídeo y denunció otros abusos. Pero no prosperó.

Este lunes, ese diario de investigación afirmó que se arrojó una sustancia química desconocida a la entrada de su redacción en Moscú.

“El edificio donde se encuentra nuestra redacción ha sido objeto de un ataque químico esta mañana. No podemos movernos entre los pisos ni salir a la calle”, dijo el director del periódico, Dmitri Muratov, en un comunicado, añadiendo que la policía analizaba esa sustancia.

La denuncia contra Wagner se suma a las presentadas en los últimos años por un centenar de refugiados sirios contra altos cargos del régimen de Bashar al Assad en Alemania, Austria, Noruega y Suecia.

El lunes, Moscú reveló que 112 militares rusos perdieron la vida en Siria desde 2015. Las bajas dentro del grupo Wagner no se conocen.