Dorothea Puente asesinó a varios de sus inquilinos en Sacramento, California, en la década de 1980. Puente, quien administraba una pensión para personas mayores, cometió los asesinatos para cobrar los cheques de seguridad social de sus víctimas, quienes por lo general eran personas de una edad avanzada. Esta mujer fue detenida en 1988 y condenada a cadena perpetua en 1993.

Dorothea Puente a simple vista era una señora de avanzada edad bastante inofensiva, pero diferentes investigaciones revelaron que en realidad una de las más despiadadas asesinas en serie de la historia.

En concreto, se trata de una mujer estadounidense que administraba una pensión para personas mayores en Sacramento, California, en la década de 1980.

Durante ese tiempo, Dorothea Puente asesinó a varios de sus inquilinos para cobrar sus cheques de seguridad social.

Fue arrestada en 1988 y condenada por asesinato en primer grado en 1993. Puente murió en el 2011 y en prisión, cumpliendo cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.

El caso de Dorothea Puente es uno de los más notorios de asesinatos en serie en la historia de California, en Estados Unidos.

Puente fue conocida como la “abuela asesina” debido a su edad y apariencia inofensiva, quien se encargó además de dejar en claro que no solo los hombres pueden dedicarse a estos macabros crímenes.

La historia de Puente ha sido objeto de varios libros y documentales, y ha sido dramatizada en películas y series de televisión.

Durante su juicio se reveló que Puente había asesinado a sus víctimas de varias maneras, incluyendo envenenamiento con cianuro y estrangulamiento.

El caso de Dorothea Puente es un ejemplo de cómo una persona aparentemente inofensiva puede cometer crímenes atroces.

Modus operandi de Dorothea Puente

El modus operandi de Dorothea Puente era elegir inquilinos vulnerables, como personas mayores, alcohólicos o enfermos mentales, para que vivieran en su pensión.

Luego de conseguir su confianza y engañarlos en ‘El Samaritano’ -como se llamaba su pensión- los asesinaba con el fin de cobrar sus cheques de seguridad social.

Una vez que las víctimas estaban muertas, Puente enterraba sus cuerpos en el jardín de su pensión.

Según detalla Página 7, esta mujer además falsificar las firmas de sus víctimas en los cheques de seguridad social y mentía a la policía sobre su paradero.

Por seis años (1982 a 1988) se dedicó a engañar a los miembros de las familias de los huéspedes, a los trabajadores sociales que hacían seguimiento y a los efectivos policiales.

Condena

Dorothea fue condenada por asesinato en primer grado de tres de sus inquilinos, pero se sospecha que asesinó a más personas.

Según los informes policiales, Puente mató a nueve personas en total, incluyendo a Ruth Munroe, Everson Gillmouth, Dorothy Miller, Benjamin Fink, Betty Palmer, James Gallop y Leona Carpenter.

Sin embargo, solo fue condenada por los asesinatos de Munroe, Fink y Gallop.

Fue en 1988 cuando los vecinos del lugar empezaron a alertar sobre el olor que afloraba de la pensión. Sin embargo, la mujer siempre lo justificaba con un hedor de las cañerías.

La casa de la muerte de Dorothea Puente: la abuelita que asesinaba a sus inquilinos para enriquecerse
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De acuerdo a New York Post, la mañana del 11 de noviembre de aquel año, el detective John Cabrera y otros policías inspeccionaron el lugar.

Mientras que en el interior no encontraron nada, en el exterior se percataron de que la tierra estaba removida, cavaron y encontraron todos los cuerpos.

Pese a que la asesina huyó, fue capturada y llevada a juicio tiempo después, donde se le condenó a cadena perpetua.

Durante la investigación, se encontraron pruebas que vinculaban a Puente con los asesinatos. A medida que se encontraban más restos humanos, se realizaron pruebas forenses para identificar a las víctimas.

La mujer murió el 27 de marzo del 2011, en la prisión para mujeres de California, en Estados Unidos.