El gobernador Greg Abbott dijo esta semana que firmaría un proyecto de ley que prohíbe a ciudadanos y entidades extranjeras de cuatro países, entre ellos China, comprar terrenos en Texas.

La comunidad asiática, ya de por sí en vilo por la violencia contra ellos y tras los tiroteos de California, denuncian una discriminación por un proyecto de ley presentado en Texas para prohibir que chinos, iraníes, rusos o norcoreanos compren propiedades en dicho Estado de los EEUU.

El gobernador Greg Abbott anticipó esta semana que firmaría la iniciativa.

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Altos funcionarios tejanos justifican la medida evocando amenazas de gobiernos que podrían instalar espías cerca de lugares estratégicos, como bases militares.

Kevin Yu y su esposa, Claire, llevan 15 años viviendo en Estados Unidos, pero esta nueva ley puede obligarles a abandonar Texas: “Nos dicen que no formamos parte del sueño americano, que éste no es nuestro sueño. Es realmente hiriente”, afirma Yu.

“La gente tiene que entender que no queremos hacerles daño. Dejamos nuestro país y queremos ser estadounidenses”, agrega.

Frenar la influencia extranjera

Hasta que no se conviertan en ciudadanos estadounidenses, lo que lleva años, los nacionales de China, Corea del Norte, Irán y Rusia que en ocasiones han huido de la persecución no podrán ser propietarios de sus viviendas o negocios.

Presentado en noviembre por Lois Kolkhorst, senadora republicana por Brenham, el proyecto de ley prohibiría a ciudadanos, gobiernos y entidades chinos, iraníes, norcoreanos y rusos comprar terrenos en Texas, lo que, según ella y otros republicanos, ayudaría a frenar la influencia extranjera en Texas.

Leyes de exclusión

Niloufar Hafzi nació en Estados Unidos, pero tiene nacionalidad iraní. “No debería tener que elegir entre poder visitar a mi familia en Irán, y por tanto tener esa ciudadanía, y tener derechos de propiedad en Estados Unidos”, lamenta.

Para los defensores de la ley, se trata de una saludable medida de protección contra los regímenes totalitarios antiestadounidenses: “Tenemos que proteger a nuestro país, y eso es lo que hace esta ley, porque esta gente no quiere que los países de los que han huido tengan un punto de apoyo en Estados Unidos”, afirma Bobby Eberle, presidente del Partido Republicano en Fort Bend, un distrito predominantemente asiático al sur de Houston.

Pero para quienes se oponen al proyecto de ley, recuerda a las leyes antichinas del siglo XIX y a las leyes antijaponesas de la Segunda Guerra Mundial. En ese entonces, los funcionarios electos no distinguían entre un país y las personas que huían de él.