A las 14:00 horas chilenas comenzó el segundo día del juicio político del expresidente Donald Trump en el Senado de los Estados Unidos.

El exmandatario es acusado de “incitar a la insurrección” por los hechos que derivaron al asalto contra el Capitolio por parte de sus partidarios, en un incidente que se saldó con 5 muertos, incluyendo un policía.

Dicha turba tenía el propósito de evitar o dilatar la certificación de los resultados de las elecciones presidenciales ganadas por Joe Biden, luego de meses de denuncias infundadas de fraude por parte del exmandatario.

Al comienzo de su intervención, el representante Jamie Raskin de Maryland, líder del equipo de los 9 fiscales demócratas, aseguró que en su presentación demostrarán que Trump no sólo alimentó la violencia, sino que “vio venir” el asalto.

La evidencia “va a demostrar que el expresidente Trump no fue un espectador inocente” y que él “renunció a su rol de comandante en jefe y se convirtió en el incitador en jefe de una peligrosa insurrección”, afirmó Raskin en el proceso ante los 100 senadores que ejercen como jurados.

La turba “fue enviada acá por el presidente, fueron invitados por el presidente de Estados Unidos” afirmó Raskin este miércoles al comienzo de la fase de argumentación del proceso.

Raskin aseguró que una vez que este martes se resolvió el tema de la constitucionalidad del proceso, “el Senado está ejerciendo su poder jurisdiccional” de procesar a Trump y evitar con su condena que futuros presidentes sigan su ejemplo y repitan unas acciones que el ahora exgobernante considera “totalmente apropiadas”.

Juicio histórico

Se trata del segundo juicio político contra Trump, después del proceso del año pasado por las acusaciones de abuso de poder, en el cual fue absuelto por el senado de mayoría republicana.

El proceso se basa principalmente en un discurso que el exmandatario pronunció horas antes de que sus simpatizantes irrumpieran en el Congreso, el día de la certificación de los resultados de las elecciones en las que el demócrata Joe Biden se impuso.

Trump -que siempre cuestionó los resultados- se dirigió a la multitud cerca de la Casa Blanca y los instó a “luchar como el demonio”.

El objetivo del proceso es declararlo culpable para después organizar otra votación para inhabilitarlo políticamente.

Pero este escenario parece improbable, ya que los demócratas necesitan que 17 republicanos rompan filas, por lo que el expresidente tiene grandes posibilidades de ser absuelto y probablemente el proceso termine la próxima semana.

Al final de la jornada del martes, los senadores se pronunciaron sobre la constitucionalidad de juzgar a un expresidente y sólo seis republicanos votaron con los demócratas.

Para los abogados que representan a Trump el juicio es “una instrumentalización política” que va a “desgarrar” a Estados Unidos.

Trump -que está en Florida tras dejar la Casa Blanca el 20 de enero- no comparecerá la argumentación del proceso.

Los “fiscales” planean proyectar en el Senado imágenes de seguridad del Capitolio que hasta ahora no se habían hecho públicas, y que muestran la “extrema violencia” que emplearon los seguidores de Trump tras irrumpir en el Capitolio, y “lo cerca que estuvieron” de los legisladores, según el diario The Washington Post.

“(El vídeo) mostrará la gravedad de lo que Donald Trump desencadenó en nuestro Capitolio”, dijo al Post una fuente oficial de la Cámara Baja, que pidió el anonimato.

Los demócratas ya proyectaron un primer vídeo sobre el asalto al Capitolio en la primera jornada del juicio político, que se dedicó a debatir sobre si era constitucional juzgar a un presidente una vez que ya ha abandonado el poder y terminó con un voto que declaró legítimo el proceso.

Ese primer vídeo proyectado por los demócratas resumió los hechos de la jornada, desde el discurso en el que Trump arengó a sus seguidores a marchar hasta el Capitolio y “luchar como nunca” hasta imágenes gráficas de los destrozos, confusión y terror que generó la turba después de entrar por la fuerza en el Congreso.

Para muchos legisladores, senadores y periodistas que vivieron el asalto en persona, no fue fácil revivirlo a través de ese vídeo, y el silencio fue palpable en el pleno del Senado cuando las imágenes terminaron de reproducirse.

Fue una muestra del carácter extraordinario de este juicio político, que gira en torno a hechos que los senadores -que ejercen como jurado- vivieron en primera persona, al contrario que el primer “impeachment” contra Trump, que versó sobre sus presiones a Ucrania.

Los “fiscales” demócratas tienen un máximo de 16 horas a lo largo de dos sesiones para exponer su caso, aunque la fuente oficial citada por el Washington Post aseguró que es probable que no usen todo el tiempo que se les ha otorgado.

Hasta ahora, los argumentos se han basado en los esfuerzos de Trump por retener el poder.

“Presentaré pruebas de la implacable escalada de campañas del presidente Trump para fabricar una victoria electoral ignorando fallos judiciales adversos, presionando y amenazando a los funcionarios electorales, atacando a senadores y miembros del Congreso”, dijo la representante Madeleine Dean, directora de juicio político, del distrito 4 de Pensilvania.

Cuando terminen, le llegará el turno a la defensa de Trump, quien se ha negado a testificar en el juicio político y ha dejado el caso en manos de tres abogados, que tendrán el mismo tiempo que los “fiscales” para hablar en nombre del expresidente.

Ese calendario implica que el juicio político podría terminar como pronto este mismo fin de semana, a no ser que se decida convocar a testigos, dado que a ambos partidos les interesa despachar rápidamente el tema.

Es muy improbable que el proceso termine en una condena para Trump, puesto que para ello se necesitaría un mínimo de 67 votos (dos tercios del Senado), y los demócratas solo controlan 50 escaños de la cámara.