En redes sociales se viralizó el registro de una enfermera que se desmayó tras recibir una vacuna contra el covid-19. Algunos usuarios calificaron el hecho como "un genocidio masivo", pero omitieron las declaraciones de la protagonista, quién explicó la causa que originó su desvanecimiento.

La situación ocurrió en una transmisión en vivo de la inoculación en Estados Unidos, el pasado 17 de diciembre. Entre los cuales estaba la enfermera Tiffany Pontes Dover, gerente de enfermería del CHI Memorial Hospital en Chattanooga, Tennessee, quien recibió la primera dosis de Pfizer-BioNTech.

Tras ser inoculada, la profesional entregó sus primeras impresiones a la prensa, donde afirmó estar emocionada por ser una de las primeras en inocularse. Sin embargo, en cosa de minutos, relató sentirse mareada para luego desmayarse.

Lo anterior, generó una serie de especulaciones, sobre todo en aquellos reticentes a las campañas de inyección contra la pandemia.

El problema es que omitieron información que fue entregada por la propia protagonista del video.

En conversación con WTVC-tV, la enfermera explicó lo ocurrido: “Me impactó de repente, podía sentir que se acercaba. Me sentí un poco desorientada, pero ahora me siento bien y el dolor en mi brazo se ha ido”.

Pero no sólo eso, también detalló que tiene una condición médica que le provoca desmayos cuando siente dolor. En concreto, se trataría de un síncope vasovagal y tras el episodio se recuperó rápidamente.

Por tanto, el proceso de la inyección mismo, la tensión y el nerviosismo, fueron factores que habrían desencadenado en el desmayo.

De acuerdo a Reuters, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) reconocen que no es raro que las personas se desmayen después de las vacunas, por el proceso más en sí mismo, más que por la inoculación.

De igual forma, FDA autorizó el uso de emergencia de la vacuna de Pfizer-BioNTech, tras evaluar 43 mil pruebas clínicas, por concluir que los beneficios superan los riesgos conocidos y potenciales.

Respecto a los efectos secundarios, detalla que los más comunes son: dolor en el lugar donde se aplicó, cansancio, dolor de cabeza, muscular, articulaciones, escalofríos y fiebre.

Por tanto, no existe evidencia científica que la vacuna cause daño o que provoque un “genocidio masivo”.