A diferencia de otros casos o emergencias a nivel mundial, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha utilizado un accionar diferente en torno a Venezuela, dejando de lado su política aislacionista y tomando un rol protagónico en el apoyo a la oposición al régimen de Nicolás Maduro.

Si con Corea del Norte optó por el acercamiento y en Siria por la retirada de las tropas militares de EEUU, la visión de Trump con Venezuela ha sido diferente, apoyando desde el primer momento la autoproclamación del presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, como presidente encargado de Venezuela.

Un reportaje de diario El País de España, revela que Trump se reunió la noche del 22 de enero con el diputado Mario Díaz-Balart, el senador Marco Rubio -ambos del ala dura del Partido Republicano- y el vicepresidente Mike Pence, donde concordaron la estrategia a seguir con Venezuela.

Tras la reunión, Rubio declara en Twitter: “Mañana será un día muy bueno (e importante) para la democracia y el orden constitucional en Venezuela”. Un día después, Guaidó se autoproclama presidente encargado de Venezuela y es reconocido minutos después por la Casa Blanca como mandatario del país sudamericano.

Al mismo tiempo, la diplomacia estadounidense solicita a Guaidó que organice elecciones anticipadas para sacar a Maduro del poder, advirtiendo que todas las opciones están sobre la mesa, algo que el mismo Trump reiteró el domingo asegurando que aún contemplaban una opción militar en caso de agudizarse la crisis.

El endurecimiento de la política de Trump con el régimen chavista se debería a dos factores: por un lado la salida de la Casa Blanca de los representantes más moderados del Partido Republicano, desde asesores al ex secretario de Estado, Rex Tillerson, en favor del ala dura; mientras por otra parte los cambios de gobiernos en Colombia y Brasil, con la llegada de presidentes más conservadores.

El diputado Diaz-Balart recalca que el cambio de secretario de Estado, con la salida de Tillerson y el ingreso de Mike Pompeo, resulta clave para el fortalecimiento del sector más duro al interior de la Casa Blanca y el endurecimiento con Maduro.

“Muchas cosas que la Administración intentaba lograr se estaban impidiendo por la burocracia del Departamento de Estado y la llegada de Pomp
eo, un gran conocedor del hemisferio sur por su papel como director de la CIA, fue en cambio fundamental”, declaró Díaz-Balart.

Pompeo ejerció el primer año de la administración Trump como director de la CIA, donde logró una gran influencia sobre Trump y es sindicado como el hombre que pudo incluir a Venezuela en la agenda del mandatario.

Fernando Cutz, asesor del exconsejero de Seguridad de Trump -Herbert Raymond McMaster- explica que desde la era Obama existía una hoja de ruta en torno a Venezuela, que incluía una serie de sanciones económicas -casi todas individuales- pero esa visión cambió con la salida de Mcmaster y Tillerson, siendo reemplazados por Pompeo y John Bolton.

Bolton conocido por su etapa como consejero de seguridad en el gobierno de George W. Bush (fue impulsor de la invasión a Irak), trajo consigo a la Casa Blanca al reconocido “anticastro” Mauricio Claver-Carone como asesor en materia de seguridad.

Claver-Carone es visto como el hombre que ha impulsado una política más dura sobre Venezuela
y que ha logrado conectar a la Casa Blanca con la oposición venezolana, que hasta hace algunos meses se mostraba profundamente dividida.

“Es una alineación de astros, la Casa Blanca ve que difícilmente se va a repetir una oportunidad así”, indica el reportaje de El País.

La salida de los políticos moderados coincide con los cambios de gobiernos en Colombia, donde el centrista Juan Manuel Santos dejó el poder por el derechista Iván Duque, mientras que en Brasil asume el ultraderechista Jair Bolsonaro, ambos con una retórica antichavista.

ARCHIVO | Agence France-Presse
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“Troika de la tiranía”

Durante la administración de Bush hijo se hizo popular la calificación de “eje del mal” en referencia a Irak, Irán y Corea del Norte, una analogía similar usaría Bolton en noviembre pasado para referirse a la situación de América Latina con la “troika de la tiranía”: Cuba, Nicaragua y Venezuela.

“Esta troika de la tiranía, este triángulo de terror que va de La Habana, a Caracas y Managua, es la causa de un sufrimiento humano inmenso, el motivo de una gran inestabilidad regional y la génesis de una cuna terrible de comunismo”, enfatizó Bolton.

Agregando que su objetivo es ver “caer cada punta de ese triángulo. La troika se desmoronará”.

Estados Unidos endureció la semana pasada las sanciones contra el gobierno de Maduro, congelando unos 7.000 millones de dólares en activos en ese país, y embargará las ventas de petróleo en el mercado norteamericano desde el 28 de abril.