La Cámara Baja del Parlamento de Japón aprobó un presupuesto récord en materia de seguridad, recursos con los que el país asiático adquirirá 400 cohetes Tomahawk estadounidenses para así hacer frente a la creciente influencia de China en la región.

Según recogen medios internacionales como Infobae, se aprobó para el próximo año fiscal 50.000 millones de dólares (6,8 billones de yenes) destinados a defensa. Se trata de una cifra récord, superando en un 20% al presupuesto de 2022.

Cabe señalar que el año fiscal en Japón comienza el 1 de abril y se extiende hasta el 31 de marzo del año siguiente.

Con esta inyección de recursos el país asiático planea adquirir 400 misiles de crucero Tomahawk, incrementando así las prestaciones actuales de su arsenal.

Misiles de alta precisión

Tal como consigna la BBC, estos misiles de alta precisión son utilizados desde hace más de 20 años por Estados Unidos.

Con capacidad para 454 kg de carga explosiva, pueden volar a bajas altitudes a una velocidad de hasta 885 km/h. A su vez, son capaces de alcanzar blancos de hasta 1.600 km de distancia.

Dotados con tecnología GPS, han sido utilizados por Washington desde la Guerra del Golfo Pérsico. En la campaña del 17 de enero de 1991, Estados Unidos disparó 100 de estos misiles desde buques de guerra que se encontraban en el mar Rojo y el golfo Pérsico.

Eso sí, la adquisición de estos misiles ha generado ciertas críticas entre miembros de la oposición en Japón, quienes han cuestionado al Primer Ministro, Fumio Kishida, por priorizar la compra de armamento militar en vez de invertir en otros ítems.

“La mejora de la atención a la infancia se ha descuidado durante más de 10 años (…) ¿Por qué se aprobó tan rápidamente el presupuesto para gastar tanto dinero en Tomahawks?”, mencionó Chinami Nishimura, secretaria general del partido opositor Partido Constitucional Democrático.

Al respecto, Kishida defendió la fuerte inversión destinada a defensa, señalando que “no se trata de elegir entre uno u otro”, sino que “ambos son importantes para la vida y el sustento de la gente”.

A su vez, Japón pagará otros 830 millones de dólares a Estados Unidos para hacerse de equipos y programas informáticos que permitan operar los Tomahawk.

Esta política de adquisiciones refleja un importante giro para un país cuya Constitución pacifista, adoptada tras su derrota en la Segunda Guerra Mundial, le prohíbe dotarse de un ejército convencional.

Cabe señalar que la preocupación de Japón hacia Beijing aumentó en agosto pasado luego que China llevara a cabo importantes maniobras militares alrededor de Taiwán, ocasión en la que algunos misiles cayeron en la zona marítima económica exclusiva de Japón.