La petición de la destitución se presentó bajo la causal de grave conmoción interna debido a las manifestaciones contra el alto costo de la vida y las políticas económicas del Ejecutivo, que este lunes cumplen quince días.
La Asamblea Nacional (Parlamento) de Ecuador retoma mañana, martes, el pedido de destitución del presidente Guillermo Lasso, quien el pasado viernes denunció un intento de golpe de Estado en su contra.
Una fuente de la Asamblea confirmó que la sesión está convocada para mañana, luego de que fuera suspendida el domingo, tras la intervención de varios legisladores.
En la sesión que se instaló el sábado, ya expusieron sus puntos de vista varios asambleístas y en ella, el secretario jurídico de la Presidencia, Fabián Pozo, leyó un documento a nombre del jefe de Estado.
En el texto se tildó de “absoluta irresponsabilidad” con la ciudadanía la solicitud presentada en el Parlamento por legisladores afines al expresidente Rafael Correa (2007-2017).
La bancada Unión por la Esperanza (Unes), afín a Correa, invocó el numeral 2 del artículo 130 de la Constitución, sobre la posibilidad de destitución en caso de “grave crisis política y conmoción interna”.
En el documento leído por Pozo, Lasso señaló que la Asamblea “tiene la obligación constitucional de probar y justificar que han ocurrido dos condiciones diferentes y simultáneas para proceder con la destitución”.
De su lado, la opositora asambleísta Pierina Correa consideró que Lasso se ha burlado de la Asamblea. Esto, al no acudir a la sesión a presentar las respectivas pruebas de descargo.
Para Pierina Correa, el documento leído por Pozo “está lleno de mentiras, falacias y nuevas burlas no solo a la Asamblea sino a todo el pueblo ecuatoriano”.
Opuestos a la destitución de Lasso en Ecuador
La ley orgánica de la Asamblea obliga a que la sesión para debatir la destitución presidencial se convoque en menos de 24 horas. Lo anterior, desde la presentación de la solicitud.
Luego del debate, el Parlamento tiene 72 horas para votar la continuidad del mandatario, para lo que requiere una mayoría de dos tercios, equivalente a 92 de los 137 asambleístas.
En la sesión inicial, el asambleísta Marlon Cadena, de la Izquierda Democrática (ID), rechazó la violencia desatada en las manifestaciones.
“No es casual -dijo- que los movilizados legítimos hayan salido de las zonas más deprimidas del país. Aquí se albergan millones de ecuatorianos que quedaron en un Ecuador reducido a la opresión”, dijo.
Y tras apuntar que no tienen compromiso con ningún gobierno, aseguró que tampoco apoyarán a “quienes manosean la protesta justa y que pretenden ser indigenistas, defensores de los luchadores sociales y defensores de la naturaleza a conveniencia”.
De su lado, el legislador Esteban Torres, del Partido Social Cristiano, comentó que no se decide si se queda o se va un mandatario sino que “está en juego la institucionalidad, el orden público y el respeto al derecho de los ecuatorianos”.