Con un largo historial de defaults, Argentina insiste en que quiere honrar sus compromisos, pero recalca en que no tomará medidas de ajuste fiscal. Todo esto a menos de 24 horas del vencimiento de deuda de 700 millones de dólares con el FMI.

Con un vencimiento de deuda por más de 700 millones de dólares, arranca este viernes para Argentina un calendario de pagos al FMI que en 2022 suma 19.000 millones de dólares, una exuberante cifra para este país que busca un nuevo acuerdo con el organismo.

Con un largo historial de defaults, Argentina insiste en que quiere honrar sus compromisos, pero reitera en que no tomará medidas de ajuste fiscal.

“Cuando los ajustes llegaron nuestro pueblo padeció. Nuestra pelea con el FMI es para decir firmemente que queremos tener derecho a crecer como creemos que debemos crecer”, declaró esta semana el presidente de centro-izquierda Alberto Fernández.

A menos de 24 horas del vencimiento, aún es incierto qué hará el país vecino. “El pago depende de cómo avancen las negociaciones”, declaró este jueves la vocera presidencial, Gabriela Cerruti.

Recordemos que el FMI concedió a Argentina en 2018, durante el gobierno del liberal Mauricio Macri, un crédito por 57.000 millones de dólares en medio de una crisis monetaria, del cual el país recibió unos 44.000 millones, pues Fernández renunció a los tramos pendientes cuando asumió en diciembre de 2019.

En 2020, tras reestructurar unos 66.000 millones de dólares de deuda con acreedores privados internacionales, el Gobierno comenzó negociaciones con el FMI para reemplazar el acuerdo stand-by de 2018, por un acuerdo de facilidades extendidas que prorrogue los plazos de pago.

¿Tiene Argentina capacidad para pagar?

Casi sin acceso a los mercados internacionales de crédito, Argentina tiene poco menos de 39.000 millones de dólares en reservas brutas. Pero los analistas calculan que las líquidas, aquellas a las que puede recurrir para pagos, se encuentran por debajo de los 4.000 millones de dólares. Algunos expertos estiman incluso que las reservas están en cero.

“El problema no es el stock de deuda sobre el Producto Interno Bruto, el problema es la estructura de vencimientos, el hecho de que hay una deuda muy grande con el FMI que vence en el corto plazo”, explicó a RFI el ministro de Economía, Martín Guzmán.

La deuda argentina con organismos multilaterales y bilaterales representa el 17% del PIB, según el Ministerio de Economía. Pero en 2022 Argentina debe pagar al FMI 19.000 millones de dólares, en 2023 otros 20.000 millones, y en 2024 unos 4.000 millones más. También hay en marzo de este año un vencimiento por 2.000 millones de dólares con el Club de París.

“No está esa plata, no existen esos recursos en Argentina”, dijo recientemente una alta fuente de la cancillería argentina a periodistas en Washington.

La deuda bruta total de Argentina equivale a 82,2% del PIB, según los últimos datos oficiales de 2021.

¿Qué riesgos corre Argentina si no acuerda con el FMI?

Si Argentina no logra un acuerdo con el FMI y deja de pagar, otros organismos multilaterales como el Banco Interamericano de Desarrollo o el Banco Mundial cortarían sus créditos.

El analista principal para Argentina de la agencia calificadora de riesgo Moody’s, Gabriel Torres, considera que la mayor consecuencia sería sobre el sector privado argentino, que puede ver los préstamos internacionales para exportación “frenados de golpe, porque todo el mundo tiene miedo de lidiar con un país que no le paga al FMI”.

También percibe amenazas sobre la inflación, de 50% anual, que podría sufrir un salto brusco en caso de que los argentinos acudan a la compra de dólares como refugio y se produzca un shock cambiario. “El gobierno tiene pocas reservas. La inflación puede saltar a 80%, porque el punto de partida ya es muy alto”, precisó el analista.

Torres opina que al FMI le interesa llegar a un acuerdo, “porque al fin y al cabo para eso existe”. Sin embargo, advierte que hay límites en lo que el organismo puede aceptar, especialmente en cuanto al déficit fiscal, la emisión monetaria y la inflación.